Cualquier acto público, como pudieran ser los actos de celebración del día del Patrón de la Policía, los Santos Ángeles Custodios, en cualquier zona de España son motivo más que suficiente para que, tanto algunos mandos policiales como responsables políticos gubernativos se reafirmen en su gestión y nos vendan «sensación de seguridad». Desde hace ya décadas, cada año que pasa es mejor que el anterior en cuanto a cifras de criminalidad y descenso de delitos. Nunca se oye reconocer lo contrario, puesto que lo que importa no es saber la verdad, sino cocinarla a gusto de los oídos de la ciudadanía, y de esa manera poder permanecer más tiempo en sus privilegiados puestos. Algunos mandos policiales y políticos son auténticos «devoradores de estadística». La mastican con fruición, la moldean en sus bocas y la escupen a la opinión pública como si fuera agua límpida y embotellada, cuando lo que realmente nos lanzan es un salivazo de supuesta manipulación interesada.

Hay un estado de las cosas respecto a la seguridad pública que permite a las altas instancias tratar a la ciudadanía con ese paternalismo demodé que tanto gusta de aquellos que no quieren que se sepa o se muevan las cosas para no salirse de la foto. Ese paternalismo que, por ejemplo, impide que se conozcan las verdaderas cifras de suicidios en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, también permite ocultar que la delincuencia en ciudades como Alicante está aumentando. Ocultando dicha situación, se elimina la posibilidad de responsabilizar a los gestores de la seguridad, porque donde no hay problema no hace falta solución. Pero el hecho es que, sin ser catastrofistas, los datos de infracciones penales están subiendo. ¿O acaso no es últimamente noticia Alicante por tiroteos, agresiones a funcionarios policiales, asesinatos, riñas multitudinarias de hinchas de fútbol, aumento de casos de infractores penales menores de edad, aumento de denuncias de violencia de género, y todo tipo de casuística delincuencial?

Según datos públicos de las bases de datos del Ministerio del Interior, concretamente del Gabinete de Coordinación y Estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, respecto de infracciones penales registradas en Alicante, se recoge que este año 2018 aumentaron sustancialmente respecto del año 2017 la mayoría de delitos registrados, a excepción de secuestros, hurtos y sustracción de vehículos. El aumento es alarmante puesto que, por poner algunos ejemplos, han subido un 500% los homicidios, un 20% las agresiones sexuales, un 26,7% más en delitos de lesiones y riña tumultuaria, un 18,7% los robos con violencia e intimidación, un 25,5% los robos en domicilios o un 20,7% el tráfico de drogas.

A pesar del abnegado trabajo que los y las policías desarrollan en Alicante para luchar contra la delincuencia, con evidente déficit de medios humanos y materiales, sumado a la mala gestión del comisario provincial, es un hecho el aumento sustancial de los índices de criminalidad.

Ocultar el aumento de la delincuencia no es la mejor manera de mitigarla, y por ello llegan buenas noticias desde la Dirección General de la Policía y la gestión de la estadística policial.

La estadística policial de toda España se graba en la aplicación HIPEST, que es la aplicación más auditada de la Policía y el no cumplimentarla debidamente o falsearla conlleva responsabilidad penal (solo graba Guardia Civil y Policía Nacional).

Hasta el pasado mes de octubre, algunos jefes de las plantillas policiales no solo maquillaban, sino que en muchas ocasiones hacían verdaderas transformaciones de las diferentes infracciones o, simplemente, dejaban de grabar las que ellos consideraran.

Las que más solían retocar eran las tentativas de robos con fuerza que pasaban a daños; los hurtos que pasaban a extravíos; y los robos con violencia que pasaban a ser calificados como hurtos.

Dado que el CPN quería que esos datos, además de oficiales, fueran verídicos (pues se destinarían a inteligencia), procedió a realizar un riguroso y meticuloso examen de todas las infracciones de España. El resultado fue que se detectaron más de 30.000 hechos mal calificados, de los que se corrigieron unos 10.000. Por ello a partir de este octubre ya es imposible falsear la estadística. Cada hecho está sometido a un estricto control por parte de la UPEC (Unidad de Planificación Estratégica y Control).

Congratulémonos por la transparencia y buen uso de los datos estadísticos, y recelemos de aquellas declaraciones institucionales previas que pretendan ocultarnos la verdad para ocultar carencias de gestión.