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La papeleta

Pere Rostoll

Ni Rajoy ni Pedro Sánchez

El grave problema de liquidez que padecen las arcas autonómicas como consecuencia de los plazos marcados para que el Gobierno de España le ingrese a la Generalitat el cheque con las cantidades pactadas a través del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) se ha convertido en uno de los grandes debates de esta larguísima campaña electoral que encara ahora su tramo decisivo. Munición para alimentar el fuego que se están cruzando los socialistas -tragando y medio disculpando a Pedro Sánchez- y la plana mayor de Compromís con Mónica Oltra y Joan Baldoví a la cabeza, que ha visto una grieta a través de la que intentar consolidar su espacio electoral en unos comicios autonómicos unidos hábilmente por Ximo Puig en el calendario al mismo día las generales, entre otras cosas, para rebajar las opciones de sus socios en la batalla política dentro del bloque de la izquierda.

Afirman desde Presidencia que ese mal llamado Fondo de Liquidez -el eufemismo con el que se denominó en su día a este mecanismo de rescate a las autonomías dedicado a garantizar su solvencia financiera- se activará en unos días. Antes que nunca, dicen. Apuntan que durante los tres últimos años de mandato de Mariano Rajoy en la Moncloa, la llegada de ese dinero se tramitó el 6 de junio en 2016, el 22 de mayo en 2017 y el 7 de mayo en 2018. Relato de los socialistas: como Pedro Sánchez lo va a enviar en esta ocasión antes -o eso es lo que esperan- quedaría demostrado casi de forma empírica que no existe ninguna voluntad de retrasarse a la hora de cumplir con unas inyecciones económicas que afectan notablemente, sin ir más lejos, a la política social, la parcela de la vicepresidenta Oltra, candidata de Compromís al Consell. Y todo eso en pleno camino hacia la cita del 28-A. Pero eso no cierra el conflicto.

Por eso, desde la coalición han endurecido el mensaje para marcar perfil propio y visibilizarse dentro de una carrera hacia las urnas monopolizada por los discursos nacionales, un escenario en el que Compromís -con un ámbito autonómico- pierde fuelle. La intervención de Oltra del pasado martes en Alicante ya alumbraba esa vía. «Si el Gobierno de Pedro Sánchez depende de Compromís, habrá inversiones en esta provincia», dijo. Y Baldoví lo remató ayer por la tarde en el Congreso cuando, durante un debate en la Diputación Permanente, acusó al Gobierno nada menos que de «ahogar» la política social de la Generalitat. «No le votamos a Pedro Sánchez como presidente del Gobierno para que hiciera lo mismo que Rajoy con el problema de la financiación», subrayó con dureza.

Pero más allá del cortoplacismo de la guerra del 28-A, lo que evidencia esta disputa es que el problema de fondo que a estas alturas está por resolver es el de una financiación justa para que la Comunidad Valenciana pueda gestionar sus competencias -muy superiores a las de otros territorios- y atender los servicios públicos. Eso es lo realmente importante. Y eso, venga antes o después el dinero del FLA ni lo solucionó Mariano Rajoy entre 2011 y 2018 ni tampoco lo ha resuelto el socialista Pedro Sánchez durante este último año. No necesitamos tirar más del «engañabobos» del Fondo de Liquidez que Madrid ingresa cuando le viene bien sin calendario cerrado y que no es más que un préstamo que engorda la deuda con los bancos. Cobrarlo antes o después como único argumento para defenderse importa bastante poco y, desde luego, no puede tapar una realidad que tiene cara y ojos. Los hechos son los hechos. Hay pagos del Consell en política social, sectores sociales desfavorecidos, empresas, proveedores... que están pendientes desde hace meses. Ni el anterior Gobierno de España ni el actual han entrado en el «problema valenciano». La prueba es que estamos igual que el año pasado. Y que el anterior... Lo que necesitamos es que se resuelva de una vez y ya el problema de la financiación autonómica. Lo demás son milongas.

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