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Diagnóstico preocupante de la sociedad española

La publicación, el pasado día 13 de junio, del VIII Informe de la Fundación Foessa sobre exclusión y desarrollo social en España constituye un acontecimiento reseñable. Desde mediados de los años sesenta, esta Fundación, vinculada a Cáritas Española, elabora con periodicidad variable un amplio y riguroso estudio a cargo de reputados especialistas que constituye el mejor instrumento de diagnóstico social del que pueden disponer los responsables políticos, agentes sociales, ONGs y cualquier persona interesada en el análisis de la realidad social y en particular en los fenómenos de la exclusión y la pobreza. Si los primeros Foessa sirvieron de contrapunto al discurso desarrollista de los gobiernos del tardofranquismo y ponían de relieve los logros y deficiencias de los procesos acelerados de modernización de la sociedad española, los sucesivos informes se han mantenido como referencia de gran prestigio científico y utilidad social; todos ellos han ofrecido en cada ocasión una excelente panorámica de las transformaciones sociales de nuestro país, acompañada del análisis crítico de los retos que emergían de esa realidad, especialmente en lo referido a la evolución de la pobreza y la exclusión social y sus factores, el desarrollo de las políticas sociales y, más recientemente, la perspectiva del desarrollo social de la sociedad española. El VIII Informe es obra de un equipo de 125 investigadores, a partir del trabajo de campo que ha recogido información de 29.000 personas de 11.600 hogares de toda España. Por cierto, la Fundación Foessa no solamente ofrece un gran servicio a la sociedad española mediante la financiación, elaboración y publicación del Informe (accesible en su página web con el añadido de materiales multimedia muy pedagógicos e incluidos los documentos de trabajo en que se basa cada capítulo), sino que de modo altruista pone las bases de datos de la encuesta a disposición de los investigadores interesados. Es muy de agradecer que, frente al uso del conocimiento científico como negocio, Foessa además de trabajar por la solidaridad predique así con el ejemplo. Los cinco años transcurridos desde el anterior informe (2014) han sido años de postcrisis. Pero el VII Informe advertía de que la crisis de 2008-2014 no era tanto causa como consecuencia de un modelo social (cultural, económico, político, antropológico?) concreto al que la propia crisis retroalimentó y fortaleció. El efecto fue debilitar el principio de ciudadanía social, como garantía de acceso universalista a los derechos sociales, así como sobrecargar a las familias y a las organizaciones del Tercer Sector de Acción Social a la hora de ofrecer la protección social que las administraciones no ofrecen o han dejado de ofrecer de forma suficiente (el caso del sistema de atención a la «dependencia» es paradigmático, pero no único). De este modo, la garantía de derechos va siendo desplazada por un discurso de tipo meritocrático y liberal, que tiende cada vez más a responsabilizar al propio individuo de su bienestar y a disminuir las responsabilidades públicas respecto del mismo. Fatiga de la solidaridad. El actual Informe nos sitúa ante un escenario social que profundiza en esta perspectiva: si el logro de estándares de bienestar se considera una responsabilidad individual, la solidaridad se debilita y se transforma en un sentido regresivo: se socava la solidaridad institucionalizada, es decir, los mecanismos y estructuras del Estado del Bienestar (que reclama un compromiso ético y fiscal de toda la ciudadanía) y se promueve su paulatina sustitución por instancias privadas (mercantiles) o del Tercer Sector (organizaciones de voluntariado). Unido a ello, el creciente individualismo cuestiona el modo de financiar las políticas a través del sistema fiscal: si antes se aceptaba que los impuestos que uno paga ayudan a la sociedad a ser más justa y cohesionada, actualmente -pese a que la presión fiscal es en España muy inferior a los países de nuestro entorno- gana terreno la concepción del impuesto como una carga que se legitima solamente si revierte directamente en el bienestar propio. En este escenario, Foessa señala como muy llamativa la amplia e inconsciente aceptación social del discurso político que promete «bajar los impuestos» pese a que el apoyo ciudadano a la responsabilidad del Estado en el bienestar social no sólo se mantiene sino que ha aumentado en el período reciente. De hecho la encuesta de Foessa ha detectado que se mantiene un nivel de confianza en el Estado como distribuidor/gestor superior al 80% de la población, mientras que ha disminuido del 53% en 2006 al 27% en el informe actual la aceptación de las diferencias grandes de ingresos como recompensa al distinto talento y esfuerzo (es decir, la confianza en los mecanismos de mercado). El informe llama la atención sobre los datos de pobreza y exclusión: 8,5 millones, el 18,4% de la población, lo que supone 1,2 millones más que en 2007, por tanto estamos lejos de recuperar los niveles anteriores a la crisis. Pero destaca una preocupante novedad: otros 6 millones de personas forman un estrato social inseguro, en la antesala de la exclusión ante una eventual sacudida o una nueva crisis. Mientras tanto, una mayoría social que disfruta de las oportunidades presenta un consumo excesivo, influye más en la agenda política y muestra cierta fatiga de la solidaridad: tienen escasa empatía con los sectores excluidos o precarios, a los que tienden a culpar por estar en esa situación. Las organizaciones políticas y sociales, así como las propias instituciones y comunidades eclesiales tienen en el nuevo informe Foessa una excelente herramienta para la formación de sus miembros en el análisis riguroso de la sociedad española de hoy y para reflexionar sobre el modelo social hacia el que estamos encaminados; pero también para tomar conciencia de las transformaciones precisas para corregir el actual rumbo individualista de la sociedad española y orientarla hacia una mayor solidaridad y cohesión social. Además, Foessa está ultimando la elaboración de los informes por provincias, lo que será ocasión para pensar todo ello desde nuestra realidad más próxima.

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