el pasado 23 de septiembre tuvo lugar la Cumbre de Acción Climática 2019 que, según el secretario general de la ONU, António Guterres, ha supuesto un punto de inflexión para «reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 45% en los próximos diez años y a cero para 2050». Y hoy, 24 de octubre, se celebra el Día Internacional contra el Cambio Climático con el objetivo de sensibilizar acerca de los efectos de este fenómeno y las graves consecuencias aparejadas al calentamiento global.

El gran objetivo en la lucha contra el cambio climático es avanzar hacia la descarbonización de las economías para conseguir la necesaria neutralidad climática en 2050 y frenar así el calentamiento global. Piénsese que la temperatura de la tierra, que no había cambiado prácticamente en 10.000 años, ha aumentado significativamente en los últimos 150 años como consecuencia de la constante emisión y acumulación de gases de efecto invernadero.

La conclusión es que es el momento de pasar decididamente a la acción en todos los niveles, y desde luego también en el local, en las ciudades; hemos de poner encima de la mesa propuestas e iniciativas concretas para contribuir entre todos a revertir la situación. El mensaje debe impregnar a todos, administraciones, empresas y también a cada uno de los ilicitanos, para que, en nuestro caso, afrontemos reto de conseguir que Elche avance hacia la sostenibilidad económica, social y ambiental; que avancemos en la construcción de una ciudad respetuosa con el medio ambiente, con una movilidad sostenible, con una economía circular, con menos emisiones y, al tiempo, con más espacios públicos y zonas verdes de calidad que hagan de nuestro municipio un lugar más verde, agradable, habitable y sostenible.

En este sentido, aunque Elche es hoy en día una de las ciudades españolas con más espacios verdes por habitante, uno de nuestros retos pasa por continuar incrementando los espacios ajardinados y el arbolado en la ciudad, continuar la recuperación de la ladera del Vinalopó como gran eje verde y deportivo, potenciar nuestra infraestructura verde e impulsar la conservación de nuestro Palmeral, todos auténticos sumideros naturales de carbono, que absorben el CO2 de la atmósfera contribuyendo así a mejorar la calidad del aire que respiramos.

Pero la lucha contra el cambio climático nos obliga a ir mucho más allá, nos exige un cambio de modelo. Y ese reto es el que Elche debe afrontar desde este mismo momento y que entre otros elementos y acciones conlleva actuar con una estrategia integral bajo el paraguas de la candidatura por la Capitalidad Verde Europea 2030 y adoptando e impulsando, entre otras, decisiones e iniciativas como un nuevo Plan General que apueste por un crecimiento sostenible en el municipio; la nueva contrata de limpieza y recogida de residuos; la gestión integral del ciclo del agua y el ahorro de recursos hídricos; el tratamiento de nuestros residuos sólidos; la apuesta decidida por una movilidad urbana sostenible y cada día más descarbonizada; la protección de nuestro valioso litoral; la apuesta municipal por el uso de energías renovables; la regeneración integral del río Vinalopó, desde su nacimiento en la Font de la Coveta en la Sierra de Mariola; la protección del Palmeral; la preservación de nuestros valiosos espacios naturales (El Clot, el Hondo, la Pinada del Pinet, el Pantano, el Fondet de la Senieta, las Salinas, el cordón dunar) y, desde luego, la valorización del Camp d'Elx, como sector económico estratégico y como espacio natural singular.

Estos y muchos otros son objetivos en los que debemos trabajar en el día a día para armar una candidatura sólida que nos permita que Elche tenga posibilidades en 2030 de ser reconocida como la Capital Verde Europea y que, al tiempo, contribuya al objetivo de afrontar también desde lo local la emergencia climática que vivimos.

Pero junto a ello es preciso una gran alianza ciudadana, un pacto colectivo. La lucha contra el cambio climático debe ser un reto compartido y asumido por todos, que implique a los ciudadanos, a las empresas, a la sociedad civil, y que impregne a toda la sociedad de la dinámica de la sostenibilidad. Hemos de ser plenamente conscientes de que nuestro comportamiento individual es determinante y que nuestra responsabilidad está presente en elementos aparentemente triviales, como erradicar el uso de plásticos innecesarios, utilizar transportes no contaminantes, la utilización racional del agua, maximizar el reciclaje, avanzar hacia el vehículo eléctrico o la disminución del consumo de energía en el hogar y en la industria, por poner ejemplos cotidianos comunes.

Si logramos esta conjunción de esfuerzos, compromisos y actitudes, estoy convencido de que este objetivo será una realidad constatable. Necesitamos cambiar nuestra actitud respecto a nuestro entorno, debemos ser inflexibles con las conductas irrespetuosas con el medio ambiente. Tengamos actitudes y políticas respetuosas con el medio para construir una ciudad sostenible. No es una responsabilidad única de las instituciones ni de los dirigentes, la emergencia climática es un reto para todos y para todas.