Sanidad, la conselleria, aún no ha dado una explicación razonable sobre el porqué la demora para una intervención quirúrgica y la lista de espera de pacientes han aumentado hasta ser las mayores de los últimos tres años. Más de 68.000 pacientes aguardando durante meses, en algún caso más de un año, la llamada para resolver su problema de salud es un fracaso en toda regla. Con las cifras que la propia Conselleria de Sanidad no puede negar, difícilmente se puede considerar que el sistema sanitario valenciano está a la altura de los que se prestan en otras comunidades del territorio español. El nuestro es universal, y poco más. Argumentan desde la Generalitat que cada vez hay más enfermos crónicos, que la población envejece, que si el parón de los médicos en verano... ¿Y? Nada que no supieran y que no pudieran prever. Por supuesto que la Conselleria de Sanidad, sobre la gestión, no realiza autocrítica alguna. ¿Por qué?, deben pensar. Tener en La Vila una resonancia nueva que no ponen en funcionamiento por falta de personal les debe parecer hasta normal. Que centros de salud de Elda, Petrer y Alicante den citas para la vacunación contra la gripe a un mes vista, deben creer que no tiene importancia. Sustituir a los médicos y especialistas de vacaciones queda claro que para ellos es una utopía. Si a la hora de nombrar un gerente de hospital, un director médico o un director de enfermería -los equipos directivos en definitiva-, en el ánimo de quienes rigen la conselleria pesara más la capacidad profesional y de gestión que las relaciones personales y de cercanía política, quizá nos iría a todos un poco mejor. Los partidos del Botànic -PSOE y Compromís- no deben olvidar que se comprometieron hace cuatro años en que mejorarían la sanidad en la Comunidad. El aumento de la lista de espera, que ya era inaceptable, incumple ese compromiso. Lo peor de todo: aún estamos esperando, desde el martes, a que Sanidad nos diga si sabe cómo resolver el problema.
