Si un servidor leyera el titular de este artículo en estos días, automáticamente pensaría que trata sobre la convulsa situación del Hércules Club de Fútbol, que actualmente está en la UCI y no responde a estímulos, pero no, no es así.

El 12 de enero a las 06.30 de la mañana se dio un milagro o una desgracia, según como se quiera ver. Me refiero al hundimiento de un parque infantil sobre un parking subterráneo en el barrio de Nueva Montaña, en la ciudad de Santander. Y digo milagro porque de haber sucedido entre 60 y 120 minutos más tarde estaríamos lamentando numerosas víctimas mortales.

Voy a explicar, desde un punto ingenieril, y sin tecnicismos para que lo pueda entender el ciudadano de a pie, el fallo estructural que aconteció, el punzonamiento.

Todas las estructuras trasladan las cargas de sus materiales, personas, muebles y demás de unas plantas a otras a través de los pilares. En los alrededores de los pilares se concentran grandes tensiones tangenciales o de corte.

Para explicar el punzonamiento vamos a hacer una analogía de "andar por casa". Quiero que el lector imagine un bloque de mantequilla (que sería el hormigón) que quiere sujetar con un alfiler (que haría las veces de pilar o columna), evidentemente, el alfiler se clava como un "punzón" en la mantequilla, eso es punzonamiento.

Ahora vamos a cambiar el alfiler por un bolígrafo, costará algo más, y sí además ponemos barras de acero dentro de la mantequilla, todavía costará más. De esta manera si esto está bien calculado, dimensionado y ejecutado, el bolígrafo (pilar), no podrá entrar en el bloque de mantequilla (hormigón). Éste, entre otros, es el objetivo del cálculo estructural. En resumen, que las tensiones generadas por las cargas no superen a la resistencia de los materiales.

Esta vez, las acciones (cargas y pesos) han ganado la partida a los elementos resistentes. Las posibles causas que han provocado este punzonamiento son varias y no se pueden dictaminar sin una extensa investigación. Desde el incorrecto cálculo de las acciones (cargas) hasta una incorrecta ejecución en obra del proyecto, hormigón con menor resistencia o menos densidad por metro cuadrado de acero de armar en el hormigón. Este acero es el encargado de soportar esfuerzos de tracción, ya que el hormigón trabaja muy bien las compresiones pero no rinde a esfuerzos de tracción, motivo por el cual se disponen barras de acero.

En Santander se hablaba de filtraciones de agua, que pueden aumentar la densidad de la tierra vegetal y con ello aumentar las cargas. Desde el punto de vista del ingeniero que redacta este artículo y sin tener exhaustiva información, a priori podría ser causa insuficiente, ya que la EHE (instrucción de hormigón estructural) trabaja con factores de mayoración de cargas y minoración de resistencias, que hacen "jugar con red" ante estos imprevistos, pero ya digo que para dictaminarlo se necesitan más datos. En cualquier caso, más milagro que desgracia.

Y hablando de milagros, ¿para cuándo uno en forma de gestión para el Hércules Club de Fútbol?