Como se ha dicho aquí, el fracaso de las proyecciones lineales viene siempre de la interferencia de lo inesperado. A pocas semanas del inicio de la pandemia, está claro ya que el miedo inoculado en las sociedades hará que hacia el futuro se centren en este tipo de guerras y vayan adaptando su forma para prevenirlas. Así que tendremos más globalización preventiva, menos mercado global, más intervencionismo estatal, menos entropía territorial, un puntito o dos más de lo público, menos pasión por privatizar, más valor de los valores, menos valor de las cosas, y, como resumen, la emergencia de una frase: "toda la riqueza del país, en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad, está subordinada al interés general", un artículo de la Constitución española (128.1, justo antes de hablar de la libre empresa), que ha sido poco manejado hasta ahora aunque siempre haya estado ahí.