Es curioso que en este periodo especial, que era como denominó la Cuba de Castro a la ruina económica que sufrieron tras la caída de la URSS, el tiempo funcione de diferente manera. Ayer eran las 10 y pico de la mañana y me había dado tiempo, desde las 8 o así, a hacer cantidad de trabajos pendientes. ¿Cómo es posible? reflexioné, mientras me tomaba el tercer café del día. Abriendo el teléfono vi la solución del enigma en mi calendario: ni un acto programado de aquí a la Eternidad.

No tengo nada contra los actos, yo mismo los habré organizado a docenas y tengo unos cuantos amigos que, de una forma u otra viven de la organización de eventos. Pero reconocerán conmigo que si te toca ir a un porcentaje elevado de saraos se pierde tiempo a paletadas. Afortunadamente los actos mayoritarios que se celebran en estos lares no son cuchipandas sin sentido, en las que todos nos sentimos encantados de habernos conocido, pero así y todo son tan numerosos con las arenas de la playa.

Había una frase muy buena de Eugenio D’Ors que decía que, en Madrid, a las 8 de la tarde, o das una conferencia o te la dan. Pues bien, yo me he encontrado en el último trimestre del año pasado, al menos cuatro de los cinco días laborables, con las mismas personas en actos diferentes. ¿Les parece que exagero?, la verdad es que si no fuera tan aburrido les daría fechas y nombres y dejaría esto perdido de negritas, pero confío en que me tengan fe.

El bicho nos va a dejar tres herramientas que apenas utilizábamos una mayoría de individuos y que para nuestras empresas son un chollo, porque aumentan la productividad y reducen los costes y la dispersión: videoconferencia, teletrabajo y webinar. Siempre que las redes aguanten, y se están portando bastante bien, un ordenador conectado por wifi pone el mundo en tus manos. Con la videoconferencia evitamos tiempos perdidos en desplazamientos innecesarios, el teletrabajo impide que nos movamos de casa y los webinar permiten incrementar nuestra formación en una hora escasa.

Ah, que no les he explicado que los webinar son seminarios, jornadas o cursos realizados online, con las mismas características de las presenciales, entre ellas las de poder intervenir y hacer preguntas a los ponentes, pero mucho más cómodas y desde nuestro sillón favorito. Pues las instituciones -como la Cámara de Comercio, disculpen la cuña- estamos desarrollando estos días un montón de ellos muy interesantes, así que si quieren salir de ésta mejor preparados les sugiero que consulten nuestras web y prueben. Además gratuitos y sin compromiso: si les aburre cierran el ordenador y tan amigos.

No estén en casa sin hacer nada que se oxidarán, aprovechen lo que de bueno tiene esto para cambiar por siempre sus hábitos. Yo personalmente, estoy en ello.