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Parte de guerra: Por favor, como en una guerra de verdad

Una guerra es una cadena en la que la falta o la debilidad de cualquier eslabón puede arruinar el resultado final. Por ejemplo, si no llegan suministros al frente o a las primeras líneas todo el esfuerzo de guerra se viene abajo, por muy buenos que sean los combatientes. En España, supuestamente una de las quince mayores potencias industriales del mundo, la fabricación propia de suministros se ha retrasado varias semanas, y no parece que se haya tomado todavía del todo en serio, como si aún confiáramos en que hay un mercado mundial que funciona.

En una verdadera economía de guerra hay que reconvertir industrias, reorganizar modos de producción, poner todos los recursos disponibles al servicio de lo que es prioritario, y esto tanto en el plano nacional como en el de las autonomías, pues imaginar que este esfuerzo puede acometerse recentralizando es una soberana tontería.

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