Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Recuperación económica y entidades locales

La enorme dimensión del parón del sistema productivo, nos sitúa ante la magnitud del reto. Éste nos indica claramente que el papel de los poderes públicos va a ser determinante para salir de la crisis. ¿A qué velocidad? Va a depender de los medios públicos disponibles, primero para eliminar el riesgo de contagio restableciendo la seguridad de SALUD PÚBLICA para las personas, y en segundo lugar los recursos financieros que entren en juego. Liquidez, liquidez y liquidez es la palabra clave.

Aquí se nos caen las monsergas de ideologías conservadoras y pseudo liberales sobre "bajadas de impuestos indiscriminadas" para justificar que el dinero "está mejor en manos de particulares". Cuando abordamos una emergencia social y económica de este calibre, todo los medios del Estado son necesarios (Municipios, Provincias, gobiernos Autonómicos, Gobierno de España y Unión Europea), su fortaleza financiera y de medios personales (funcionarios) es determinante para ser eficaz. Hablo de sanitarios, policías, bomberos, trabajadores sociales y funcionarios para resolver expedientes (ayudas a las personas, autónomos, desempleo, ERTES, ERES.. etc.).

Los que han creído y aplicado políticas de recortes de presupuestos y de personal para "adelgazar las administraciones públicas", se esconden ahora. Están descalificados. Fuera de juego.

Mientras el riesgo para la salud pública no se reduzca a límites tolerables y controlables, no se recuperará una parte importante de la Economía basada en los servicios. Cuando se escuchan voces hablando de reactivar el turismo, por decir algo del alcalde Barcala, no resultan razonables ni creíbles. Claro que hay que apoyar el mantenimiento del tejido empresarial que envuelve al sector turístico, hay que hacerle llegar ayudas para mantener su capacidad productiva, minorando sus costes hasta que el riesgo sanitario remita.

Debemos poner la atención en que existe economía productiva que está menos expuesta al riesgo de la pandemia, con medidas de protección y estímulos bien focalizados puede ir recuperando ritmo. Hablo de agricultura, logística, distribución, industria manufacturera y empresas de base tecnológica. Mientras, las personas deben mantener poder adquisitivo por razones morales y por motivos macro económicos, el consumo se debe mantener para que no se hunda más aún el sistema productivo, principalmente de pymes, micro pymes y autónomos.

La dotación con medios suficientes de la emergencia social, movilizando los poderes públicos recursos y personas se ha hecho efectiva; no obstante hay que lamentar que el Ayuntamiento de Alicante, con Barcala al frente, no ha estado a la altura, ni por actitud proactiva, ni por medios aplicados a las necesidades de los vecinos más necesitados. Ahora hay que atender la recuperación de la actividad productiva, primero evitando, en la medida de lo posible, la destrucción de tejido empresarial, cierre de negocios y aumento del desempleo.

Para ello se plantean medidas de choque que están en marcha. No obstante, urgentemente y como mucho a medio plazo, se requiere un cambio de marco legal y de replanteamiento del papel de las administraciones públicas.

Los ayuntamientos, como administraciones más cercanas a las personas, se están empleando a fondo en paliar la emergencia social, - no obstante, tienen pendiente liberar las limitaciones de gasto que impuso el PP con la Ley Montoro -, pero no deben perder de vista que el futuro reside en la recuperación del tejido productivo, en la creación de valor y riqueza. Las competencias propias e impropias, hoy no están desconectadas, no deben estarlo. Hay que sondear nuevas propuestas que coordinen, desde la contribución de lo local, políticas de ámbito superior de dinamización de la economía productiva. Las ayudas a fondo perdido, tanto a trabajadores como a empresas, van a paliar el impacto en los costes fijos de las empresas. Es un efecto positivo. Pero hace falta más.

Se está articulando un FONDO para abordar la crisis económica, y ese mecanismo que va a incidir en las grandes cifras de la recuperación, debe encontrar vías para llegar de la forma más permeable posible a estimular el desarrollo de la economía de proximidad, la economía local, manteniendo la circulación del dinero que llegue a todos; empresas, industrias, pequeños negocios, micropymes y autónomos, para dar pulso al consumo y repercuta en el empleo y los ingresos de las personas.

Para complementar el impulso económico y creemos importante mejorar la solvencia de las empresas poniendo a su disposición financiación y tesorería distinta de los préstamos de la Banca o del ICO, hemos propuesto un fondo de participación financiera a las empresas que se puede materializar en una aportación temporal al capital social, o bien en participación financiera también temporal -entre tres y diez años- (similar a un préstamo participativo, que no conlleva poder de decisión pero sí autofinanciación, al ser un concepto asimilado al capital social (como deuda subordinada)).

Para el futuro inmediato además de esta innovación en apoyo a empresas y emprendedores, en la que ayuntamientos y Diputaciones provinciales es deseable que participen, es conveniente cambiar la filosofía de los poderes públicos respecto a la recuperación de empresas en dificultades; con mayor énfasis cuando las causas de crisis son globales y no específicas de la gestión de cada empresa.

Existen normas que no son adecuadas para los tiempos. Mencionaré algunas: Regla de "mínimis" de la Unión Europea, latinajo que significa limitación estricta en las ayudas a empresas a 200 mil euros como máximo durante un periodo de tres años. La rigidez de la Ley de subvenciones con respecto a empresas en crisis o en situación concursal y, sin ánimo exhaustivo, la absoluta ineficacia de la Ley Concursal para superar crisis empresariales.

Como apunte final sugiero aumentar la flexibilidad de las normas para que trabajadores afectados por crisis empresariales, puedan reconducir y reflotar las actividades de empresas en las que trabajan, para mantener el empleo y la actividad productiva. BALEARIA es un claro ejemplo que puede servir de referencia; Flebasa Lines -empresa de transporte marítimo- cayó en insolvencia, los trabajadores despedidos en vez de irse a casa, cobraron el desempleo en la modalidad de pago único, constituyeron Balearia Sociedad Anónima Laboral, recapitalizaron la empresa y hasta hoy. La décima empresa de la Comunidad valenciana por volumen de negocio.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats