Este año vamos a vivir un Primero de Mayo con unas circunstancias que sólo se pueden calificar como insólitas e inesperadas. Esta jornada de lucha por los derechos sociales de los trabajadores y trabajadoras se ha caracterizado, desde la llegada de la Democracia, por su carácter reivindicativo y festivo y por concitar en las calles de nuestra ciudad la presencia de miles de hombres y mujeres unidos por los anhelos de mejora en sus condiciones sociolaborales. Sin embargo, en esta ocasión nos vemos obligados a quedarnos en nuestras casas porque la protección de nuestra salud y la de todos, frente a la COVID-19, es la prioridad absoluta.

Pero quedarnos en casa no significa permanecer estáticos e impasibles ante lo que acontece en el mercado laboral. Vivimos momentos especialmente duros y complejos, no sólo por la emergencia sanitaria. La crisis social y económica derivada de la pandemia ha obligado al cierre temporal de numerosas empresas y actividades del tejido económico de nuestra ciudad. Y nuestros autónomos, comerciantes y micropymes se han visto abocados a bajar sus persianas de la noche a la mañana o han tenido que reducir drásticamente su actividad, lo que se ha reflejado en el número de ERTE presentados y en la extraordinaria y alarmante subida de las cifras de desempleo en nuestro país y, desde luego, también en Elche.

Una jornada como la del Primero de Mayo tiene que servir para reflexionar con profundidad y serenidad sobre esta adversa situación y darnos impulso para encarar el futuro como siempre hemos sabido hacerlo los ilicitanos e ilicitanas. Con esfuerzo, con ilusión, con determinación y convencidos de que el trabajo y el talento siempre dan frutos. Hoy es una fecha simbólica que tiene que servir también para que los trabajadores y trabajadoras de Elche lancemos un sonoro mensaje de ánimo, de unidad, necesariamente a través de las redes sociales, para expresar nuestra confianza en el futuro.

Elche va a salir adelante. Vamos a salir adelante. Y el Ayuntamiento tiene que cumplir una función fundamental en la necesaria reconstrucción económica, social y laboral. Por el momento, y con ese fin, el gobierno municipal ha impulsado un Acuerdo para la Reactivación Económica y Social con los agentes sociales, sindicatos y patronal que, por una parte, constituye un conjunto de medidas de apoyo social a personas y familias en situación de vulnerabilidad social y, por otra, un plan de estímulo económico dirigido a apoyar autónomos y micropymes, esto es, a nuestros comerciantes, oficios tradicionales y servicios profesionales. Un acuerdo que, en buena medida, se ha visto refrendado por las formaciones políticas de la oposición, que nos dieron su apoyo en el Pleno para proceder a las correspondientes modificaciones del Presupuesto. Y que, desde el punto de vista económico, supone una inversión total de diez millones de euros, de los cuales cuatro están dirigidos a inyectar fondos para contribuir a reactivar a ese sector que conforman los autónomos, esencial para la estructura económica de la ciudad.

Esa reconstrucción social, económica y, por ende, laboral, es una tarea en la que tenemos que implicarnos todos, empresarios, trabajadores por cuenta ajena, autónomos, profesionales, administración, sindicatos, patronal€ todos y todas tenemos que sumar esfuerzo y talento para reactivar nuestra economía, para crear empleo de calidad, digno y bien retribuido, que sirva para proporcionar calidad de vida, bienestar y prosperidad a los trabajadores de nuestra ciudad. Porque esta emergencia sanitaria inesperada, que ha destruido millones de puestos de trabajo en el mundo, ha ocasionado una caída de la demanda, de la producción y del empleo tan intensa y tan profunda que exige un esfuerzo colectivo sin precedentes que nos permita una pronta recuperación.

Y, del mismo modo, esa tarea de reconstrucción debe contar con el imprescindible apoyo del Gobierno de España, del Consell, de la Diputación y, también, de la propia Unión Europea, que tiene que tener un respuesta contundente movilizando recursos para rescatar al sistema económico, las empresas y los trabajadores. Tal como dijo recientemente el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en relación con la crisis de la COVID-19 y la respuesta europea "no habrá futuro sin solidaridad y no habrá porvenir sin la unión de todos. Dentro y fuera de nuestras fronteras, pensar y actuar en unión, sin dejar a nadie atrás, será la única vía para el punto de encuentro que nos une de norte a sur, a izquierda y derecha, a empresarios y trabajadores, a todos los españoles: la reconstrucción. Europa somos todos, y es ahora el momento de demostrarlo. Sería imperdonable que Europa reincidiera en los errores del pasado".

En conclusión, el proceso de recuperación y reconstrucción económica, social y laboral en nuestra ciudad va a exigir un enorme sacrificio colectivo, público y privado. Estoy convencido de que vamos a lograrlo, vamos a ser capaces de reactivar nuestro rico y dinámico tejido productivo y con él relanzar el empleo, que no sólo significa dignidad y autoestima sino también bienestar y calidad de vida desde el punto de vista individual y colectivo.

Por ello, creo necesario que este Primero de Mayo tiene que servir para que, aunque no podamos recorrer las calles, lancemos un mensaje de confianza en un futuro mejor, en el que la reconstrucción social y económica nos permita alcanzar también un marco de relaciones laborales equilibradas entre empresarios y trabajadores que sirva para favorecer el progreso, el bienestar y la prosperidad.