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La gran Inflexión. ¿Hacia dónde avanzar?

Hace unos días observaba desde mi ventana con incredulidad la enorme cantidad de gente que caminaba, corría, o andaba en bicicleta por las aceras de la ciudad, mientras del mismo modo, leía reproches en redes sociales al comportamiento de la ciudadanía, que en determinados casos estaban justificados por el quebrantamiento de las normas, pero en otros, en la gran mayoría, no estaban justificados, porque estos pretendían cumplir de manera escrupulosa las normas, pero el espacio y la situación conducían a momentos de incumplimiento por razones ajenas a su voluntad, y me surgían una serie de dudas: ¿es responsable la ciudadanía de la situación?, ¿es justo que se le estigmatice cuando la gran mayoría pretende cumplir de forma escrupulosa las normas exigidas?, ¿está preparada la ciudad para que todos sus habitantes puedan pasear, caminar, correr o hacer deporte?, ¿cuenta la ciudad con espacios suficientes y habilitados?

Una nota del The New York Times, culpaba a la alta densidad poblacional de Nueva York por la gran cantidad de casos de COVID-19, no es el caso de Alicante que posee una densidad de población de 1639,53 hab/km2 situando a Alicante como la 11º ciudad más poblada de España con una superficie de 201 km2. Pero hay una serie de factores que son preocupantes y que debemos de analizar, que es la ordenación de la ciudad, sus recursos, la cantidad de espacios para la movilidad y la calidad de los mismos.

Muchos hemos observado nuevamente y de forma agudizada por la pandemia, que existen numerosas zonas de la ciudad que no cuentan con zonas verdes y zonas de esparcimiento que reúnan unas condiciones óptimas para el paseo o para hacer ejercicio, con una longitud suficiente y una superficie amplia en la que las aglomeraciones no sean posibles, en las que la calidad del aire sea óptima y en el que la circulación de tráfico rodado sea más bien escasa. Es por ello, que podemos encontrarnos zonas de la ciudad ampliamente masificadas en lo que a población se refiere.

Por ejemplo, a lo largo y ancho de la ciudad nos encontramos con urbanizaciones o fincas que pueden poseer hasta 350 viviendas, con casi 1000 personas viviendo en ellas y fácilmente el 50% de las personas que viven pueden tener entre 30 y 65 años por lo que pueden salir hasta 500 personas a la vez. Si sumamos que en un barrio pueden existir del orden de 12 a 15 urbanizaciones o fincas de este tipo hacen un total de hasta 7000 personas en un mismo espacio de tiempo y lugar. ¿Hay espacios en la ciudad que puedan soportar tal carga poblacional, con las condiciones especificadas?

El COVID-19 genera un punto de inflexión necesario sobre la concepción del modelo ciudad del futuro. Según el arquitecto italiano Aldo Rossi “las catástrofes no ocasionan cambios urbanos por sí mismos, sino que aceleran las transformaciones que ya se estaban imaginando” y es que, es necesario pensar en el modelo de ciudad que queremos en el futuro.

La ciudad de Alicante cuenta con hasta 9 polígonos industriales de los que al menos 4 se han visto absorbidos por el crecimiento de la urbe lo que hace que debamos replantearnos el modelo de crecimiento y si realmente necesitamos 9 polígonos pequeños y degradados por el tiempo o uno con gran calidad y potencia que reúna todas las condiciones para la llamada de atención de las grandes empresas, con facilidad en sus accesos y tamaño suficiente. Por tanto, es necesario unificar en la medida de lo posible esos polígonos como estrategia de arquitectura industrial, económica y empresarial, permitiendo que el espacio que puedan dejar se convierta en amplias zonas verdes y con ellos se contribuya a la renaturalización de la ciudad.

La ciudad de Alicante debe convertirse en una ciudad higiénica y funcional que permita una condición de igualdad entre todos los residentes que la habitan y la utilizan. La ciudad cuenta con zonas que pueden reunir esos condicionantes como por ejemplo los Lagos de Rabasa con 5 km2, la zona forestal del monte Orgegia con hasta 2 km2 y la sierra del Porquet con 1,5 km 2 de superficie. Y digo que debe ser higiénica, funcional y accesible en su conjunto porque estos 3 últimos enclaves no reúnen pese a su belleza las condiciones de salubridad mínimas, ya que en un corto paseo podemos encontrar vertederos ilegales, chabolismo y restos de hogueras. Estás zonas deben estar perfectamente señalizadas y acondicionadas para el uso y disfrute de cualquier ciudadano o ciudadana evitando así cualquier tipo de aglomeración y mejorando las condiciones de vida, de uso y disfrute y del derecho de las personas al espacio público.

Alicante debe ser una ciudad pensada para el futuro, debe ser una ciudad equilibrada en su modelo tanto económico como social que cuente con todas las posibilidades y sobre todo debe estar pensada para el consumo y su industria, pero también para las personas, para “el derecho a la ciudad”.

En el PSPV-PSOE Alicante Ciudad nos preocupa el presente pero también nos preocupa y mucho el futuro de la ciudad y su modelo social, urbanístico y económico, por ello ya reflejamos en el programa electoral del pasado año medidas pioneras y vanguardistas como la creación de “Bosque Urbanos”, la creación de un “ Cinturón Verde”, la mejora de los espacios anteriormente citados, así como la creación de programas de “educación y voluntariado ambiental” y zonas como el “Parque Central” y el “El paseo Litoral”.

El COVID-19 ha traído una serie de actitudes, conductas y costumbres que han llegado para quedarse durante mucho tiempo con nosotros y nosotras, y por ello es más urgente que nunca, aunque algunos ya venimos haciéndolo algún tiempo, pensar y reivindicar un modelo de ciudad que permita sin restricciones el “derecho a la ciudad”, el derecho de las personas al uso y disfrute del espacio público desde el punto de vista, higiénico, funcional , de movilidad, accesibilidad y en condiciones ambientales óptimas.

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