Era l'Era del Corona, ciudadela d'Alacant y en los barrios más humildes, zona norte de la ciutat, expuertas Gran Vía p'allá, el populacho reclama un poquitito de pan.
Barcala el rey les alega que sus secuaces sociales no dan abasto. ¡Qué trasto! Y la reina Mari Carmen, la requeteaburrida, soliloquia, quieta, ida, en el sofá de palacio.
Viejo barrio de emigrantes no tienes ná pero das un plato de olla caliente a la gente con hambre, con hambre en su hogar. ¡No esperas a nadie, te sobra dignidad!
Vino el lobo, se comió tres ovejas ¿vino el alcalde?
Cristianos y musulmanes, todos una misma mano, se organizan, recogen comida y la reparten como hermanos. Asociaciones y entidades por wassap se coordinan, se informan, cada una desde su gremio y sin que nadie les dé premio.
¡Porque hay gente que no sabe qué hacer!
¡Porque hay gente que no sabe dónde ir!
¡Y no se puede ir a ningún sitio!
¡El coronavirus es un sinvivir!
Vino el lobo, se comió cinco ovejas ¿vino la vicealcaldesa?
Desde los móviles de estos vecinos dos manifiestos se han compartido e incluso don Manuel Colomina, presidente de una de las asociaciones, pasa por Registro el auxilio el 27 de abril, año 1 d'esta Era de nuestro Virus el Corona. Allí se explica el caso, allí se detalla todo, las penurias y los olvidos y que los saquen del lodo.
Vino el lobo, se comió siete ovejas ¿vino alguien?
Ante la falta de respuesta y reacción del consistorio la gente fotografía sus alacenas y se retrata del todo. Difunden por las redes sus neveras vacías como sus cacerolas están todos los días. ¡Hasta el Síndic de Greuges toma nota de esta rebeldía!
Gran Vía para abajo parece que no se enteran y todo este esperpento llega a oídos de la regenta de Acción Social, doña Julia Llopis, que desde la Cabalgata no aparecía por el lugar. La señora de Llopis no escucha queja ni lloros sino «ladridos» y muy sonoros.
¡Tanta sensibilidad no se verá ni se vio!
Vino el lobo, se comió diez ovejas ¿vino esta regenta?
Y llegó el dragón Burocracia al que a nadie hacía gracia: «vuelva usted mañana», ladre usted después. El reptil más espantoso de toda la comarca, bufo de la malvada desidia consistorial.
Y es que los lugareños del norte d'Alacant reciben un camión de víveres con el que todos jalar.
Telefonean, escriben, wassapean para apremiar ¡que el Centro municipal Comunitario «Pedro Goitia» sus puertas ha de abrir ya para almacenar y repartir a los necesitados por ayunar!
Vino el lobo, se comió veinte ovejas ¿vino algún permiso de urgencia?
Nada. Ningún concejal ni representante parece atinar.
¡Ningún vecino vio a ningún peregrino!
Sacan balones fuera, «es Barcala quien ha de dilucidar».
Barcala el desaparecido parece que ha decidido que los alimentos se han de guardar en un colegio que está cerca del Canal del Palamó a un kilómetro a pleno sol. ¡A Pedro Goitia vacío le vencieron en este combate!
Pero la lucha sigue y los víveres se reparten entre mezquitas, parroquias y algún bar tunante.
¡Esto es solidaridad, señores, y no figues ni bacores!
Viejo barrio de emigrantes no tienes ná pero das un plato de olla caliente a la gente con hambre, con hambre en su hogar. ¡No esperas a nadie, te sobra dignidad!
Vino el lobo, se comió cien ovejas ¿vino algo?
¡Claro que vino algo!
Como en las grandes tragedias llegó un deus ex machina.
Y es que Barcala se saca de la manga un Plan de Integración Social para los próximos 10 años ¡para que la prensa deje de rumiar! ¡Una Burla de Antiempatía Social es a todas luces este plan, una fachada de imagen para sus votantes d'Alacant!
¡Si no has hecho nada en estos dos meses no pretendas, monada, estas memeces!
«Y si, lector, dijerdes ser comento, como me lo wassapearon te lo cuento».
