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Hoy es martes en Orihuela

¡Siempre nos quedará Murcia!

El secretario de los populares torrevejenses, ex concejal en el Ayuntamiento salinero, ex diputado provincial y ex diputado nacional, Joaquín Albaladejo, me ha dejado descolocao, casi boquiabierto. No hace mucho, en una tribuna de opinión publicada en este periódico, titulada «Gracìes Arcadi», dejaba caer, en la última frase, una perla que no se si era una llamada a la rebelión o un toque para hacernos pensar en la posibilidad de darle un portazo/carpetazo a la Comunidad Valenciana, llamar a la puerta de la Región de Murcia y arrojarnos en sus brazos. La frase no era otra que «solo nos queda mirar hacia Murcia. ¿Me explico?». ¿Nos está sugiriendo el bueno de Joaquín que nos planteemos hacer una de «Pepe el Guarro» y que dejemos de pertenecer a la antigua Corona de Aragón para incorporarnos al Reino de Murcia (Corona de Castilla), con el que compartimos muchas cosas?. ¡Lo que no acierto/alcanzo a comprender/entender es si «el azote de los socialistas salineros» se refiere sólo a Torrevieja o a toda la Vega Baja!.

No es la primera vez que, desde Torrevieja, se habla de dejar la Comunidad Valenciana para pasar a depender de la administración murciana. De hecho, desde el sindicato UGT salinero se hizo una campaña, a poco de restaurarse la actual etapa democrática, para conocer la opinión de la población/afiliados sobre la incorporación a Murcia. Incluso, desde Murcia, tanto la prensa de local (sobre todo Paco Poveda) como el periodista, profesor de CCII en la Complutense de Madrid e historiador José Luis Castillo Puche -nacido en la localidad murciana de Yecla-, se defendió la «murcianía» de la Vega Baja, lo que originó una marea de protestas y reivindicaciones por parte de diferentes partidos políticos (consultar hemerotecas), como Alianza Popular ( Aníbal Bueno y Manolo Gallud) o el Partido Comunista de España ( Diego Peñas y Alfredo Santos), que, en los albores de los 80, salieron en defensa de la «valencianía» de la comarca más sureña de la Comunidad Valenciana.

Sin embargo, don Tomás López Galindo, abogado oriolano y vigésimo sexto decano del Colegio de Abogados de Orihuela -después de don José Martínez Arenas y antes que don Álvaro Botella Martínez- decía que «los ríos unen y las montañas separan». El río Segura contribuye a que las vegas media y baja tengan intereses comunes, sobre todo en lo que se refiere a sus principales industrias, que no son otras que la agricultura o la de sol y playa, con lo que esto supone -turismo y servicios, construcción- con las que se crean riqueza y puestos de trabajo.

Quiero recordar y recuerdo -que diría el ex presidente Adolfo Suárez- que buena parte de nuestros jóvenes acuden a las universidades murcianas -tanto en la capital como en la ciudad departamental (Cartagena)- para formarse, entre otras cosas -y en contra de lo que defienden el conseller Marzà y el alcalde covero de Rafal, Manolo Pineda- porque no se les exige hablar valenciano para, después, incorporarse al mercado laboral, aunque son conscientes de que luego lo tendrán crudo para trabajar en empresas públicas de la CV, a no ser que hagan un curso para, por lo menos, conseguir el «mitjà».

Parafraseando la famosa frase de la peli Casablanca ( Michael Curtiz), «Siempre nos quedará París», con la que Rick Blaine (Humphrey Bogard) obliga a Elsa Lund ( Ingrid Berman) a subirse al avión que la llevará a la capital gabacha/franchuta, separándoles para siempre, a la Vega Baja «siempre le quedará Murcia». Eso sí, siempre que Murcia esté dispuesta a acoger a una comarca -la Vega Baja- que, bajo mi más que cuestionable/discutible punto de vista, sería una epecie de «niña mimada», casi «la joya de la corona», del gobierno «mursiano», que sabe de las excelencias de una «zona rica» y que, por su proximidad geográfica, estaría casi a la cabeza de todo (inversiones, servicios, infraestructuras, etc?), mientras que Valencia la ningunea, negándole sistemáticamente el pan y la sal, tan sólo por ser el forúnculo anal (almorrana) autonómico y no hablar valenciano.

Quiero dejar claro que, aunque tengo mi opinión, no voy a pronunciarme sobre el particular. Tan sólo me limito a recordar que «siempre nos quedará Murcia». ¡Acho, pijo; Murcia, qué bonica es!. ¿Te referías a eso, Joaquín?. ¡Habla claro, jodío!. ¡Es más; el pueblo te lo agradecerá!. Mientras que algunos representantes de gobiernos valencianos, como el ex presidente Joan Lerma, han pasao olímpicamente de la Vega Baja, otros ni siquiera se pronuncian sobre la comarca porque -como Arcadi España, conseller de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, que ha sido el último en visitar Torrevieja, donde dijo que «voy a prometer lo que pueda cumplir» - no saben qué decir, porque «más vale una vez colorao que ciento amarillo» y así no tienen que comerse el marrón por lo que digan.

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