Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Evidencias que dejan las urnas

La mengua de Podemos, el raquítico crecer del PSOE y el liderazgo tambaleante de Casado

Ante el más de lo mismo del domingo, los profetas del gran cambio pandémico confrontan con otro desmentido empírico. La particularidad de cada territorio obliga a que las traslaciones al ámbito nacional de lo ocurrido en Galicia y el País Vasco hayan de ser cautas, pero, lejos de cualquier ruptura, sirven para confirmar tendencias ya conocidas.

La más evidente de ellas es que Podemos sigue en el proceso de disgregación y mengua continua que inició tras obtener su mejor resultado en diciembre de 2015. Desde entonces, todo fue a menos salvo su líder, que, consciente de ese progresivo declinar, se lo jugó todo a la carta del poder. En esa apuesta, Iglesias salió fortalecido en lo personal, pero tras la extinción en Galicia y su posición residual en el País Vasco resulta muy cuestionable que cogobernar tenga el mismo efecto vigorizante para la organización que encabeza.

De un partido tan ceñido a su propia medida poca autocrítica cabe esperar, por más que Iglesias reconociera en la misma noche electoral su fracaso sin paliativos. La otra tendencia visible es lo mucho que les cuesta crecer a los socialistas, incapaces de romper una pauta que cierra cualquier aspiración a un futuro gobierno en solitario. Con el agravante de que su constante encoger convierte a Podemos en un dudoso socio venidero, cuyo espacio político rellenan los nacionalismos radicales o el independentismo, altamente inestables en las pocas ocasiones en las que se mezclan con el PSOE, como demuestra ERC.

En ese panorama, Alberto Núñez Feijóo resulta una amenaza tanto para Pablo Casado como para Pedro Sánchez, por ese orden. El todavía presidente del PP nunca logró consolidar su liderazgo, ahora, tercera evidencia, más tambaleante por el dislate estratégico vasco. Antes de iniciar su cuarto mandato triunfal el presidente gallego anunció ya que será el último, lo que no parece anticipo de una retirada sino de que ampliará horizontes. Falta saber cómo accederá a su futuro espacio natural, que es Madrid. De Casado depende ahora la facilidad que encuentre Núñez Feijóo para dar el salto.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats