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Alfons Garcia

Opinión

Alfons Garcia

La cita con los expertos dio el giro sobre las mascarillas

La decisión se tomó el viernes por la tarde y Presidencia valoró retrasarla al lunes, pero el brote en Gandia llevó a forzar la maquinaria en sábado

La vicepresidenta y portavoz del Consell, Mónica Oltra, defendía el viernes por la mañana (mascarilla en boca) no generalizar la obligatoriedad del uso de estas protecciones, como habían hecho ya la mayoría de comunidades. Justo 24 horas después, la consellera de Sanidad, Ana Barceló, comparecía para anunciar la imposición total de los tapabocas (salvo contadas excepciones). El giro levantó alguna suspicacia interna: el secretario autonómico de Igualdad, Alberto Ibáñez (del equipo de Oltra, Compromís), lamentaba «la épica de las ruedas de prensa en fines de semana o a deshora». «No ayuda nada (más si en viernes se ha reunido el Consell) a transmitir prudencia y planificación», decía.

¿Qué pasó para dar el paso solo horas después de negarlo por última vez? Precisamente, mientras Oltra comparecía en sala de prensa ante los periodistas, en el Palau se estaba gestando la imposición de la mascarilla. A última hora de la mañana, como casi todos los viernes, el president, Ximo Puig, mantenía un encuentro telemático con el grupo habitual de expertos. No fue una posición unánime, pero el poso político tras esa reunión con los científicos fue que había que dar el paso y no quedarse al margen de la postura dominante en la mayoría de territorios.

Se puede decir que la decisión estaba tomada la tarde del viernes, aseguran fuentes del entorno del jefe del Consell. Lo que vino a continuación fue el análisis de cuándo hacer oficial y comunicar una determinación que competía exclusivamente a Sanidad. Se valoró dejar pasar el fin de semana y que fuera Puig, que ha descansado en Formentera los dos últimos días festivos, quien la difundiera el lunes (ayer). Pero no pasó tal cosa. Fue finalmente la Conselleria de Sanidad la que convocó de urgencia a la prensa el sábado a primera hora.

¿Por qué? ¿Podía haber un trasfondo partidista como dejaba entrever luego el alto cargo del departamento de Oltra? ¿Existía un intento de contraprogramar mediáticamente la presencia de Pablo Casado en el congreso del PP de Alicante? La respuesta está en Gandia, afirman las fuentes consultadas. La evolución del brote en la capital de la Safor fue la que precipitó los acontecimientos.

Con ello, se quería adelantar un mensaje de contundencia a la sociedad antes del fin de semana, ya que los datos de Sanidad señalan al ocio como el foco principal de propagación de contagios. Por eso, se prefirió no esperar al lunes e implantar las nuevas medidas restrictivas al comienzo del periodo de descanso y de más afluencia a locales de restauración y nocturnos. Se trataba de dar un toque de atención a la ciudadanía desde la política.

Así, el director de gabinete de Barceló, José Martínez Rubio, contestaba en las redes al secretario autonómico de Igualdad que «ni tenemos épica ni tenemos horarios (desgraciadamente) cuando se trata del seguimiento sobre una pandemia mundial y de tomar decisiones. Tampoco se pueden planificar las decisiones de la semana que viene». «Donde ves oportunismo, yo veo responsabilidad y trabajo», añadía.

A pesar del calentón del sábado, fuentes de Compromís rechazaban ayer hablar de «enfado» con los socios del PSPV por lo sucedido sobre las mascarillas. Con todo, sí subrayaban la tendencia a dar carácter excepcional a decisiones que podían enmarcarse en la actividad ordinaria del Ejecutivo tripartito.

Las aguas volvían así ayer a la calma después del último sofoco entre los principales socios del Gobierno valenciano, que en esta legislatura ya han demostrado que están más decididos a exhibir sus diferencias, bajo el argumento de que son partidos distintos. En el anterior mandato del Botànic dominó la voluntad de trasladar una imagen de cohesión que disipara dudas.

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