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Antonio Balibrea

El turismo, el Brexit y Gibraltar

"Desde el punto de vista sanitario mejor, porque así hay menos probabilidades de que se reintroduzca el virus". Fernando Simón ha sido el más político, porque como habría dicho Rajoy en sus mejores tiempos: "el mayor desprecio es no hacer aprecio". Probablemente al Dr. Simón no le correspondía hacer una valoración sobre la decisión del gobierno británico de imponer la cuarentena para los viajeros procedentes de España. Es un juicio que tiene unas implicaciones políticas claras. Sanitariamente el razonamiento es impecable: si deja de venir gente de países que tienen una tasa de afectados superior a la nuestra estatal es evidente que la probabilidad de que se reintroduzca el virus es menor. Pero no estamos para despreciar la llegada de turistas. Los países de la Comunidad Europea comprometidos con mantener las fronteras abiertas no han restablecido medidas de confinamiento. Nuestros socios europeos lo que han hecho es recomendar que no se visiten aquellas regiones que tienen unas tasas de incremento de casos muy altas. En España, la incidencia acumulada (IA) en las tres primeras semanas de julio era del 8,1% sobre los 22.995 afectados por el coronavirus, desde el 10 de mayo. En ese mismo periodo Aragón registro un 33,9; Cataluña el 25,6; Navarra un 18,0; La Rioja el 7,6; y el País Vasco el 6,9. (Situación de COVID-19 en España a 23 de julio de 2020. Equipo COVID-19. RENAVE. CNE. CNM) (www.isciii.es).En la Comunidad Valenciana la incidencia acumulada era del 2,2 %.

Analizando la medida, sin duda política más que sanitaria, tomada por el primer ministro británico Boris Johnson, el primer efecto es sobre su balanza de pagos. Gran Bretaña reduce de forma importante el déficit exterior. Las libras que van a gastar los británicos fuera de su país serán, necesariamente, muchas menos; en nuestro caso la balanza de pagos verá reducidos los ingresos por la caída del sector turístico. Los británicos están obligados por su gobierno a veranear y disfrutar de su clima. Yo que soy mal pensado en estos temas, se me ocurre que estamos a cinco meses para cerrar las negociaciones del Brexit; y el primer ministro británico está apretando para conseguir las mejores condiciones posibles. Si estoy en lo cierto, el próximo apretón de las Islas nos vendrá por los permisos de pesca en sus aguas.

Conviene recordar que la prohibición de facto, intempestiva, de viajar a España viene a los dos días de la reunión, el jueves 23, de nuestra ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González con el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, las condiciones en que va a quedar Gibraltar con relación a la Unión Europea tiene que aprobarlas expresamente España. Esa fue una condición que el presidente Pedro Sánchez exigió para no vetar el acuerdo del Brexit. Y en esta semana habrá una nueva reunión entre España y Gran Bretaña, con asistencia de Gibraltar, para el seguimiento de los cuatro memorándums que regulan la relación con el Peñón hasta final de año. Las autoridades gibraltareñas necesitan y buscan desesperadamente una fórmula que les permita mantener un encaje en la Unión Europea. Cabe la posibilidad de que el Peñón se integre, por primera vez en su historia, en la unión aduanera europea- como Irlanda del Norte- o, y, en la zona Schengen. Es una posible solución para Gibraltar, un territorio que además de tener frontera física con la UE depende en gran medida del mercado común para mantener en pie su economía. El encaje del Peñón en la UE, sin embargo, no depende de Gibraltar, sino de la negociación entre Reino Unido y España. Nuestro gobierno debe estar apretando, incluso con la posibilidad de fuertes inversiones del Fondo de Recuperación Europeo en la Línea y en el Campo de Gibraltar. Es prioritario en la zona, y, además quitaría influencia a la economía de Gibraltar.

Johnson está presionando a España en el sector turístico para mejorar su posición negociadora en el acuerdo del Brexit. Mejora el desastre económico que se le avecina y nos produce un perjuicio grave. Gibraltar quiere quedarse en el mercado común europeo, lo que unido al descuelgue norirlandés y la amenaza de referéndum en Escocia, deja al Reino Unido, sino dividido al menos resquebrajado. A medio plazo si se produce esa nueva situación el interés de los gibraltareños estará mas próximo a la Unión Europea y a España que al Reino Unido. La nueva situación abriría muchas puertas a la negociación en el futuro. Veremos.

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