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Opinión

Celebración universal

Próxima la conmemoración de la Dormición, Asunción y Coronación de nuestra Madre la Virgen de la Asunción a los cielos y dado que la primigenia Cofradía de la Virgen de la Asunción se transformó en el Patronato, en principio conformado por personas pías, de reconocido fervor y celo religioso, ahora más socio-político, que parece ser han olvidado que el Misteri es un acto litúrgico sacramental, ni cultural, ni teatral, en honor de la Virgen, Nuestra Patrona.

La liturgia son cultos públicos ofrecidos a Dios por la Iglesia. Actos de alabanza, adoración, acción de gracias, e incluso obtener de Dios favores espirituales y temporales, directamente por Él, o, como en este caso, por intercesión de la Virgen.

Es doctrina de la Iglesia, que la Virgen, al término de la vida terrena, fue glorificada en cuerpo y alma en el Cielo. Desde los apóstoles, enseñada por los santos y doctores, tenida como tal, por el magisterio ordinario y solemnemente definida como Dogma de Fe en 1950, por S.S. Pío XII.

La Asunción de la Virgen se celebra universalmente con festejos particulares, solemnidad y distintas formas de culto, en innumerables ciudades e iglesias, dedicadas a este Misterio, quizá el más querido en la profunda devoción mariana.

Por tanto, me permito sugerir a quien corresponda, que el día catorce se lleve a cabo la dormición de la Virgen, con los apóstoles de paisano y únicamente el niño que encarna a la Virgen, con el vestido talar hasta que es sustituido por la imagen de Nuestra Patrona.

Puede iniciarse con todos los personajes alrededor de la cama, luego se retiran y se deja que se pueda visitar. Unos letreros bien grandes para que se guarden las distancias y quienes lo deseen que le ofrezcan, cual oración la Roà.

El día quince, la Virgen sería asunta al Cielo y la Santísima Trinidad la coronaría. Estos personajes sí que irían con la vestimenta adecuada a lo que representan y los apóstoles bajo en traje de calle.

Como no hay más tramoya, ni más trasiego, sólo entrarían a la basílica las personas que cupiesen bajo, después se cerraría la puerta chica y, a nuestra Madre, no la dejaríamos sin coronar como Reina y Señora de Cielos y Tierra.

Una piadosa tradición enseña, y el célebre canciller Gerson lo ha dejado escrito, «que en el día que se celebra la triunfante Asunción y Coronación de la Virgen, el purgatorio queda vacío».

San Dionisio Cartusiano, asegura: «Tras la Asunción al Cielo, La Virgen, acompañada por los ángeles, baja al purgatorio y libra a multitud de almas».

Esto es lo que le dio a entender a Santa Brígida cuando se le apareció la Virgen: «Yo soy la Madre de todas las almas del purgatorio a fin de que por mi intercesión se les mitiguen las penas que sufren». Deseamos de corazón, que nadie se vea privado de salir del purgatorio, por no haberse Coronado a la Virgen.

Plegue a la divina bondad infundir su don, para que a nadie se le ocurra pensar ¿todo este trajín para la Virgen nada más? porque, parafraseando lo de aquel musical, le respondería: «¡Para la Virgen nada menos!». Vixca la Mare de Déu de l'Asumpció!

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