Atravesamos un agosto atípico, en el que hemos vivido nuestras fiestas sin celebraciones; en el que contenemos las manifestaciones de afecto y de alegría con familiares y amigos; y en el que sobrellevamos un conjunto de obligaciones y recomendaciones que limitan nuestra forma de vivir y de comportarnos, pero que son esenciales para frenar la expansión de una pandemia que esta condicionando nuestras vidas.

En ese contexto, acaba un curso político que ha tenido una complejidad y una intensidad extraordinaria. Y en el que todo, absolutamente todo, ha estado condicionado por el COVID-19 y sus consecuencias no solo sanitarias, sino también sociales y económicas.

Han sido meses difíciles para todos, para la ciudad en su conjunto, también para quienes tenemos la responsabilidad de gobernar. De la noche a la mañana hemos tenido que lidiar con circunstancias y situaciones nunca imaginadas, compatibilizando lo extraordinario, imprevisto y muchas veces urgente, con la necesidad de no dejar de lado lo ordinario y también absolutamente necesario.

Los meses del estado de alarma y del confinamiento han provocado sensaciones contrapuestas, vértigo, preocupación, desazón, temor, esperanza, orgullo, confianza, agradecimiento, alegría€

Ahora, considero que pese a las adversidades hemos dado pasos firmes para avanzar hacia el modelo de ciudad por el que estamos trabajando y, ante todo, para impulsar la recuperación económica y social de la ciudad.

Debo destacar que hemos sido uno de los municipios de la Comunidad que mayor esfuerzo ha desplegado para hacer frente a las consecuencias sociales y económicas de la crisis. Hemos modificado el presupuesto de 2020 y lo hemos volcado en la respuesta a la emergencia, destinando en torno a los diez millones de euros para atender a la reconstrucción social y económica de la ciudad.

Destaco, también, que hemos aprovechado el periodo de confinamiento y la consecuente disminución de demanda de servicios de la administración, para acelerar trámites en el ámbito de la contratación pública. Una decisión que nos permite decir que tenemos adjudicadas prácticamente el cien por cien de las llamadas Inversiones Financieramente Sostenibles. Lo que supondrá obras y actuaciones en el conjunto de los barrios y pedanías, por valor de más de 17 millones de euros durante los próximos meses, y en materias clave para la mejora de la calidad de vida. Esto es, en modernización de los espacios públicos, de los equipamientos deportivos, educativos y culturales, así como, en la movilidad sostenible de la ciudad.

Al mismo tiempo este curso político se salda con el inicio de dos obras cruciales para la ciudad. El arranque de los dos edificios del "Campus Tecnológico" en Elche Parque Empresarial, diez millones de inversión para favorecer la atracción de inversión privada y la diversificación económica; y el inicio del Instituto Vicente Verdú en el Barrio del Pla, una obra clave para mejorar la educación en la ciudad, y que significa 14 millones de inversión pública.

Simultáneamente, estamos invirtiendo con decisión en la regeneración urbana del Barrio de San Antón. Cabe destacar que, de una parte, hemos escriturado el noventa por ciento del segundo bloque, que tiene un total de 120 viviendas, y que tenemos en construcción el tercero, que conlleva una inversión próxima a los 6 millones de euros.

Termínanos además el curso político habiendo iniciado obras del Plan Edificant en cinco colegios públicos, tres de ellos en las pedanías de Matola, Valverde y La Galia, y las otras dos, en el Jaime Balmes y en el Instituto Montserrat Roig. Del mismo modo, hemos emprendido actuaciones de conservación de colegios, en este caso con cargo del presupuesto municipal, en más de una veintena de centros, que significan 350.000 euros de inversión municipal en el necesario mantenimiento de nuestros Centros.

En lo que se refieren a mejoras urbanas significativas estamos actuando en este momento en tres puntos clave, en el entorno del Hospital General; en la Calle Andreu Castillejos, reurbanizando para modernizar el espacio y apoyar al comercio; en Nuestra Señora de la Cabeza, mejorando la accesibilidad al Centro Histórico; y la obra probablemente más emblemática, la peatonalización de la Corredora y Plaza Baix, como elemento de revitalización urbana y comercial del Centro.

Además en los próximos días comenzarán las actuaciones convirtiendo calles angostas en plataforma única con preferencia peatonal en las calles Porta Oriola, les Barques , Sant Miquel, carrer Fatxo y San Vicente, en el Centro Histórico; y en las calles del Raval, Abadía, Fossar y Mare de Déu de la Llet.

Desde la perspectiva de las empresas municipales, acabamos el curso con obras de mejora del ciclo hídrico adjudicadas por parte de Aigües d'Elx por valor próximo a los 3 millones de euros. Destacando actuaciones vitales como el colector del Hospital General, o el colector en obras de Fra Pere Balaguer, que son inversiones en la modernización del alcantarillado cuya función esencial es evitar inundaciones y molestias cuando hay lluvias de especial intensidad.

Por último, cabe señalar dos cuestiones a nuestro juicio estratégicas, tenemos en marcha actuaciones en el marco del Plan Cuatrienal de Inversión Pedanías por valor de unos 7 millones de euros, el 20 por ciento del Plan, que están dirigidas a modernizar equipamientos deportivos y sociales, el espacio público y a mejorar la red de caminos rurales. Y tenemos la compleja y laboriosa adjudicación del servicio público de limpieza a falta del ultimo y decisivo paso que formalizaremos en los primeros compases de septiembre.

Cada una de estas inversiones no solo supone mejoras y avances para los servicios públicos y los equipamientos colectivos, sino que, la inversión pública que conlleva constituye en este momento crítico un elemento crucial para la revitalización económica de la ciudad y para la creación de empleo.

En un momento de caída del consumo y de la inversión privada como el que vivimos, la inversión del ayuntamiento se convierte en un factor clave para reactivar la economía local. Concretamente, en este momento, las tres administraciones tenemos inversiones, adjudicadas y en marcha, por un montante total que ronda los cien millones de euros.

En definitiva, estamos cumpliendo con un programa de gobierno que se plantea como objetivos, promover un crecimiento económico sostenible, luchar contra la desigualdad y fortalecer la cohesión social, modernizar los servicios públicos y, desde luego, invertir en la renovación y mejora de la calidad del espacio y de los equipamientos colectivos, en el conjunto de los barrios y pedanías que conforman nuestra ciudad.

Todo ello como forma de impulsar una gran transformación urbana basada en el desarrollo sostenible, en la lucha contra el cambio climático y en la corrección de los desequilibrios urbanos, para hacer de Elche una ciudad más justa y próspera, una ciudad abierta, moderna y con el mayor bienestar posible para la mayoría, que son los auténticos hitos urbanos por los que trabajamos.