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Carta de los lectores

Me importa una mierda

María Teresa Rubira Lorén

Me importa una mierda. Y como a mí, a muchas otras personas, yo diría que a demasiadas. Y no nos importa solo una mierda, nos importan los cientos de mierdas que hay diseminadas por la ciudad. ¡Qué vergüenza, qué rabia y qué impotencia! Las bases de farolas y señales se pudren, los bajos de las casas se florecen entre la indefensión de sus moradores, y los parques no solamente no huelen a parques, sino que son foco de infección para nuestros pequeños.

Con fecha 29 de septiembre del 2017, publicaron la noticia de que El Campello implantaba un sistema pionero que “repele” los orines en la vía pública. Y el jueves, 27 de agosto, que el Ayuntamiento de Alicante iba a distribuir “Kits mascota” entre los dueños de perros para “evitar así malos olores” en la ciudad. No quiero ser aguafiestas, que ya se están aguando solas, pero cuando un dueño se comporta de forma irresponsable e insolidaria, no hay kits que valga. Si acaso, probar con unos cursos intensivos y obligados de higiene, civismo, y educación para la ciudadanía. Porque, mientras no aprenda que la libertad de excrementar sus animales, llega hasta la libertad que tienen los demás de no oler durante día y noche los mismos, no se solucionará este grave problema. Y parece mentira que se atrevan luego a pedir limpieza de calles, orden y derechos... cuando se pasan por el forro la obligación recoger las mierdas que nos importan (a ellos parece que no), la de echar líquidos tras miccionar sus mascotas, y encima se molesten si alguien les llama la atención. No, no son todos, ¡lo que nos faltaba!, pero aún demasiados... Y demasiados los que lo sufrimos. ¿Cómo no enfadarse?

¡Pobres perros! 

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