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C.Pascual

Lío garantizado

No es fácil elegir un nombre, pero resulta más que evidente que Antonio Manresa (Ciudadanos) no puede ser el portavoz del gobierno municipal de Alicante. Ya se sospechaba cuando se anunció a principios de verano el relevo al frente de la Portavocía del bipartito tras un desafortunado periplo (de apenas un año de duración) de Mari Carmen Sánchez (Cs), del que se recuerda el polémico vídeo del «Me Aburro» en pleno confinamiento... y poco más. Lo de Manresa ya se intuía entonces, pero se ha confirmado en apenas mes y medio como «voz» del gobierno encabezado por Barcala.

La última demostración, que no la única, ha sido la más grotesca. En esta ocasión, hasta quince minutos de reloj dedicó Manresa a intentar explicar una evidente decisión (para todos, menos para él) de su ejecutivo: tensar la cuerda con conselleria pidiendo que el colegio El Somni salga del plan Edificant. Tampoco supo parapetarse tras el argumentario del bipartito de Barcala en estos tiempos de inicio del curso escolar. Probó, sin éxito, distraer la atención introduciendo en el debate asuntos ajenos, como la limpieza de los institutos. También recurrió al argumento de que Compromís siempre mira a València y ellos -por el bipartito- a Alicante. No coló. Muy evidentes eran esas cortinas de humo. En un cuarto de hora, Manresa fue incapaz de responder con un «sí» o con un «no» a una pregunta muy directa que se le formuló en repetidas ocasiones: «¿Han pedido retirar ese colegio del plan Edificant?». Su confirmación no era necesaria porque el acuerdo estaba por escrito, pero aún así no llegó. Y oportunidades tuvo. Las nunca vistas en la Sala del Prensa del Ayuntamiento alicantino. En cambio, el alcalde Barcala despachó ayer esa misma pregunta por la vía rápida: «Sí, por supuesto».

De vuelta a la rueda de prensa del martes, Manresa nunca admitió que no sabía de qué se estaba hablando (tenía la información justa como para «pasarpalabra» y evitar un innecesario ridículo), que no controlaba ni de lejos un asunto competencia de Julia Llopis (concejala de Educación y de Acción Social, aunque donde se le ve realizada es haciendo oposición al Botànic). La exclusión de El Somni del Edificant tampoco era un asunto de esa Junta de Gobierno, por lo que Manresa no tenía por qué tener respuestas (de los asuntos del día sí que tendría que saber algo más que el resumen de cinco líneas que le dan escrito). Pero -como decíamos- no quiso permanecer en silencio. Así, Manresa siguió la linde en una huida hacia adelante en la que se acabó estrellando, por más que su compañero de mesa, el portavoz adjunto del bipartito, Manuel Villar (PP), le intentó echar algún cable, sin renunciar a su marcado talante, siempre con un discurso honesto, como se ha mostrado desde que asumió el cargo. Habla de lo que sabe y hasta donde conoce. Sin dárselas de nada, no lo necesita. Manresa es otro perfil: es de los que piensan que debe contestar a todo para parecer que sabe de algo.

Ya la semana anterior, para intentar justificar el enésimo retraso de la Oficina de Turismo en el puerto, Manresa disparó a los funcionarios, lamentando que se «relajaran» en verano. Disparando fuego amigo hacia un personal que el bipartito necesita para sacar adelante su gestión. De lince.

Resulta evidente que los martes son días de tensión en el bipartito. A mediodía toca la rueda de prensa posterior a la Junta de Gobierno, y muchos no descansan hasta que finaliza. Normal. Son conscientes de que en cualquier momento puede explotar la bomba. En el PP lo saben desde que en julio Cs se decantó por Manresa como portavoz del gobierno (más por obligación en sus ajustes internos, que por una devoción hecha confianza), pero no les queda otra que aceptarlo: el puesto le corresponde a la formación naranja por el acuerdo de mandato tras las municipales.

En apenas un año de gobierno, ya se ha confirmado que ni Mari Carmen Sánchez (que está a días del «otros vendrán que bueno te harán») ni Antonio Manresa pueden ejercer de «voz» del equipo de gobierno. No en Alicante, en la segunda ciudad de la Comunidad. Así, ya solo quedarían dos alternativas, porque María Conejero ha demostrado en los plenos que lo suyo es leer... en todo caso. Las dos balas que quedarían en la recámara serían José Luis Berenguer, portavoz adjunto de Cs, y Adrián Santos Pérez. De cara al público, Berenguer sigue siendo un total desconocido, un papel que ha elegido desempeñar el concejal de Deportes, que prefiere el trabajo de fontanería interna a la exposición mediática que tanto ansían otros compañeros de bancada. De la capacidad de Pérez pocos dudan, aunque también es cierto que es el edil naranja más eficiente en la gestión de sus competencias delegadas (Urbanismo), y tampoco parece necesario que uno cargue con todo.

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