Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Manuel Piera

Regreso al futuro

Viajar en el tiempo es uno de los anhelos más locos de la humanidad, tal vez por eso, sea uno de los recursos más manidos en la ciencia ficción. Tampoco es raro, leer de vez en cuando, alguna entrevista en la que se interpela al personaje en cuestión la pregunta de marras: «Si usted pudiera viajar en el tiempo, ¿a qué época se trasladaría?». Evidentemente las respuestas son de lo más variopintas, pero casi invariablemente, aluden a épocas pasadas, lo que, personalmente, siempre me ha causado cierta sorpresa. Reconozco que tendría su aquel poder visitar la Grecia de Pericles, escuchar a Jesús en el monte de las Bienaventuranzas, o en clave blanquiazul, volver al 2010 y dar una colleja a Ortiz para que pague la fruta. Pero lo que de verdad me mata, sería poder viajar al futuro. Desvelar por fin, los grandes misterios de la humanidad, ¿estamos solos en el universo? ¿Venceremos el cambio climático? ¿Volveremos alguna vez al fútbol profesional?

Viene todo esto a cuento, porque hoy es una de esas fechas que, por partida doble, siempre me hacen pensar en lo fantástico que sería tener aparcado un DeLorean en el garaje. Cada vez que se terciase, abrir su portezuela vertical, y tras ajustar el banderín blanquiazul del retrovisor, marcar en el condensador de flujo la fecha deseada. Por ejemplo, el 18 de septiembre de 1932; el día en el que el herculanismo se vestía de gala para inaugurar el estadio de Bardín. La «bombonera», con capacidad para 8.000 personas, contaba con todas las comodidades y adelantos de la época, y su cuidado césped era elogiado por todo el fútbol patrio. No me digan que no sería emocionante poder asistir al evento, observar las miradas ilusionadas de los herculanos de antaño, sumarse al «Visca Alacant!» de Lorenzo Carbonell al cortar la cinta inaugural, o aplaudir a rabiar a Lolita Bardín, enfundada en su jersey blanquiazul, haciendo el saque de honor escoltada por Ramonzuelo y el «divino» Ricardo Zamora.

No menos emocionante sería viajar de nuevo en el tiempo para asistir esta vez, justo 10 años antes, al nacimiento del Hércules Football Club. Equipo que, de facto, ya existía, pero que El Chepa y los suyos oficializaban, tal día como hoy, un 18 de septiembre de 1922, presentando en sociedad sus estatutos. Treinta y nueve artículos, firmados por su primer presidente, José Masiá Enebra. Me colaría gustoso en aquel primer acto oficial y en un descuido, tras el brindis final, me acercaría al Chepa y con la piel de gallina le susurraría al oído: «Vicentet, noranta-huit anys ens contemplen».

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats