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Francisco García

Vendrán otras pandemias

La OMS reconoce que la del coronavirus no será la última pandemia ni la última emergencia sanitaria mundial

Somos los dinosaurios de la época geológica que nos ha tocado vivir, el animal más poderoso de todos los hábitats pero también el más expuesto a una pandemia que amenaza con conducir al colapso a todo el sistema. Para acabar con nuestra civilización no hará falta que un meteorito que pulule por el espacio desvíe su trayectoria e impacte contra el planeta: bastará con un virus minúsculo o una bacteria maligna. La OMS reconoce que la del coronavirus no será la última pandemia ni la última emergencia sanitaria mundial. En esa apreciación apocalíptica coincide la mayor parte de la comunidad científica. Estamos sobre aviso. Aún no hemos derrotado al primer enemigo invisible y en el intestino de cualquier animal salvaje aguarda un nuevo ejército, dispuesto a cruzar la frontera entre la especie de la que es huésped y los humanos. La destrucción de ecosistemas naturales para humanizarlos o explotarlos económicamente incrementa peligrosamente el número de especies que, como ratas y murciélagos, son portadoras de enfermedades. Los coronavirus son el ejemplo evidente de la dañina acción del hombre sobre el medio natural. Una demostración de cómo la naturaleza se defiende de las agresiones, cada vez con mayor sutileza. Se extinguen por la acción humana los animales más grandes, en beneficio de los más pequeños y adaptables, reservorios de patógenos. Si van a sobrevenir nuevas pandemias, la del covid19 debería servir de ensayo para un gobierno mundial, para una gestión unitaria de la crisis. Hará falta mucho dinero, miles de millones de euros, para prepararse y tratar de esquivar el siguiente ataque. No hacerlo costará billones. No podemos esperar al incendio para crear parques de bomberos.

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