De Virginia Woolf. Producción: Entrecajas producciones. Dirección: Carme Portacelli.
Como no puede ser de otro modo, esta contemporánea e intemporal adaptación escénica actualiza lo esencial de la novela (de 1925) en la que se inspira. El trabajo dramatúrgico deja muy visible, desde el comienzo, la teatralidad donde el montaje de Mrs. Dalloway sitúa el foco de atención con una carpintería teatral que ofrece relieve, brillantez y cierta complejidad a la poética y festiva puesta en escena. El personaje central lo interpreta una Blanca Portillo con el convincente don de la sinceridad interpretativa y bien acompañada por un conjunto a la altura de lo que solicita la versión de Michael de Cock, Anna María Ricart y Carme Portacelli, a quien destituyeron hace un año del cargo de directora del Teatro Español de Madrid por razones políticas. El resultado dramático no se asienta en el naturalismo, sino en la forma narrativa y en un diseño que no es exactamente realista. Entran, salen o aguardan en silencio su turno alrededor de la actriz principal con su papel de la señora Clarissa Dalloway, quien prepara una fiesta para su marido y recorre su vital trayectoria. Fluye la consciencia y hay saltos hacia atrás y adelante en el tiempo. Todo circula dentro y fuera de la mente de varios personajes. Tienen cabida el feminismo, la represión sexual y la bisexualidad, la frustración, los anhelos, el vacío existencial o el clásico rol de la mujer. La depresión y el suicidio también residen, y ahí anida el elemento autobiográfico, ya que la modernista escritora de la novela, la londinense Virginia Woolf, se suicidó lanzándose al río Ouse. La hija es Raquel Varela y tiene la misión de cantar dos canciones con música en directo tocada por el argentino Nelson Dante y Jordi Collet, dos de los actores del sólido espectáculo, en el que participan Inma Cuevas, Zaira Montes, Gabriela Flores y Jimmy Castro. Sin abandonar su papel, Portillo baja al patio de butacas, con mascarilla, y da las gracias al buen número de espectadores que ha acudido a la fiesta (pese a la reducción de aforo). Muchos aplausos al concluir.
