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Francisco Mas-Magro y Magro

Memoria del Dr. Mas y Magro, en el Día Internacional de la Leucemia Mieloid

Nunca mejor que un día como hoy, para recordar al investigador español que fue uno de los pioneros en el mundo en el estudio de la Leucemia Humana. Ya en 1912, Francisco Mas y Magro (1879-1958), había iniciado sus estudios sobre la estructura celular de la sangre y sus enfermedades, con el reconocimiento del profesor Arthur Papenheim, de la Universidad de Berlin.

En 1913 publica más de diez artículos sobre las células de la sangre, centrándose en dos temas principales: La alergia y la leucemia.

Está demostrado que Mas y Magro fue el primero en hablar de alergia celular, antes, probado y sin una mínima duda, que el profesor Landsteiner, de la Universidad de Viena, quien más tarde consiguiera el premio Nobel. (Véase: “La anafilaxia parantigena y la hipótesis de los parantigenos”, publicado en 1917 en el Siglo Médico).

Del mismo modo, Mas y Magro asesoraba, desde la provinciana ciudad de Alicante, a media Europa sobre los estudios diagnósticos sobre la tuberculosis.

Pero, sin duda, lo que catapultó a la fama internacional a nuestro médico -nacido en la Villa de Crevillent-, fueron sus estudios sobre la sangre y en concreto sobre la leucemia humana, a partir de sus trabajos publicados en 1912 ( “Die leucoblasten leucocytose” y “Die genese der eosinophilen granulocyten”) , ambos en la revista: “Folia Häematologica” de Berlín, y la comunicación sobre la definitiva trayectoria de sus estudios en torno a esta grave enfermedad, que se produjo el día 22 de julio de 1913, en el Congreso de Médicos en lengua Catalana, celebrado en Barcelona, y en el que participó comunicando su estudio: ”La leucocitosis leucoblástica promielocítica”, primero en el campo de las leucemias.

En 1951 publica en la revista italiana “Il pprogresso Médico”, sus estudios sobre la enfermedad: “Richerche morfologische e experiméntale sulla patogenesi della leucemia mieloide acuta. La transmissione sperimentale della mielosi acuta umana”.

A partir de esta y otras publicaciones, se divulgan, a través de los medios, los resultados, provocando una lógica conmoción a nivel nacional e internacional.

Sus trabajos son reclamados por grandes hematólogos mundiales (Pavlosky, Chevalier, Di Guglielmo, Dameshek, Besiss…), e incluso por estamentos oficiales (Gobierno de España y Gobierno de Argentina, este en relación con la enfermedad de Eva Duarte de Perón).

Aun así, la publicación en España de su libro “La Leucemia”, en 1952, en la que se expone todos sus estudios sobre la enfermedad, provoca la envidia de algunos “altos profesores” de la ciencia oficial, que se traduce en burlas e insultos. Se puede leer: “¿Un virus?”, se preguntaban a voz en alto; “Jajaja, qué risa”.

Probablemente algunos de los que se burlaban, veinte años después recibían con halagos, y una descarada doblez, al investigador americano, de origen italiano, Robert Gallo, quien se había otorgado el descubrimiento del “virus de la leucemia”. Los agasajos otorgados al científico de Connecticut, retumbaron en los salones de la ciencia española, e hicieron sonrojar a más de uno por la humillación que suponía para la memoria de un paisano de provincias. (Aunque, después, Gallo tuviera que soportar, según se cuenta, algún importante correctivo, al otorgarse, también, el descubrimiento del virus del SIDA, que, según mis referencias, había sido elaborado por otro profesor). ¡Caramba!

Así son las cosas, a veces. El escándalo recorrió los medios de todo el mundo, pero la ciencia de nuestro País (España), salvo nuestras dos universidades y algún organismo oficial, aún no se ha enmendado del desatinado homenaje.

Olvidando viejos disgustos, es importante recordar a Mas y Magro, en el contexto del Día Internacional de la Leucemia Mieloide, con el deseo de que pronto se encuentre con la solución de tan importante y extendido mal.

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