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Luis Prats

Aquiles y el ascenso

Para todos los herculanos el ascenso es el último y décimo tercer trabajo del semidiós mitológico que da nombre a nuestro equipo de fútbol. Es uno añadido a los doce legendarios que el Oráculo de Delfos impuso al Hércules hijo de Zeus. Lleva seis años intentándolo, pero la maldición ha querido que un trabajo al principio asequible, se convirtiera en la imposible carrera entre Aquiles y la tortuga.

Competición en la que el filósofo Zenón pretendía demostrar la falsedad del movimiento, aduciendo la imposibilidad de que Aquiles lograra alcanzar nunca a la tortuga, hasta que Leibniz, gran filósofo y mejor matemático, descubrió el cálculo infinitesimal, y teorizó sobre que la suma de infinitos puede dar un resultado finito, con lo que dejó claro que Aquiles alcanzaría a la tortuga sí o sí.

En este renovado Hércules, en su parcela deportiva, nuestro Aquiles vencedor que alcanza su meta no es otro que Del Pozo, que ante las adversidades siempre está preparado para dar respuestas.

Ante la más que posible baja por tiempo indefinido de Benja, en una pretemporada que había dado con la tecla del gol que tanto se le resistió en las dos últimas temporadas, el nuevo director deportivo herculano ha tirado de relaciones y conocimiento del mercado y se ha hecho con los servicios de Manu Garrido, joven delantero centro que viene cedido por el Leganés con el que debutó en primera la pasada campaña. Cierra Del Pozo el fichaje de este sub-23 de 19 primaveras antes incluso de que el lesionado Benja pase por el quirófano.

Nuestro Aquiles va cogiendo fondo para este maratón de la vuelta a la división de plata. Cada paso que da, sin empezar la complicada e inescrutable competición de la Segunda B, es un punto más de confianza y esperanza para una afición que necesitaba como agua de mayo alguien que transmitiera seriedad en el trabajo.

El tándem parece que va funcionando, la pretemporada sirve para engrasar, para poner a punto el conjunto, para advertir fallos y corregirlos. Uno sondeando el mercado y fichando con sentido común, y otro encajando las piezas que le dan para construir un equipo competitivo que permita dar el salto. Las probaturas y amistosos en estos tiempos de espera, hasta el encuentro con el Alcoyano, hay que tomarlas como lo que son, ensayos para preparar posiciones individuales y tácticas que reporten al conjunto un funcionamiento buscando la inalcanzable perfección. Por ello no hay que levantar las campanas cuando se ganan los primeros encuentros de preparación, ni hay que lamentarse en exceso por perder los dos últimos.

Lo importante es que el nuevo míster dé con la clave para trasladar a los jugadores a su disposición sus conocimientos, y con éstos y la calidad individual de muchos de ellos el equipo vaya cogiendo la forma que permita comenzar el campeonato con éxito.

Aquiles Del Pozo y Cubillo, su elegido entrenador, están en el camino correcto para paso a paso y con la celeridad necesaria dar alcance a la tortuga, rebasarla y llegar a la meta en la primera posición. Leibniz está con ellos.

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