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José María de Loma

Lecciones belgas

Bélgica conforma un Gobierno con siete partidos.

-¿Oiga, se ha metido usted a analista internacional?

    La coalición deja fuera a los extremos. Los extremos se tocan, sobre todo cuando están solos. En Bélgica los han dejado solos en la oposición, donde suele hacer frío. Tal vez por eso se tocan. Ahora es cuando uno está a punto de alabar, ensalzar y loar la capacidad de acuerdo de otras naciones (perdón, países) en contraposición a los galletazos que nos metemos aquí y lo difícil que es si quiera trenzar una negociación presupuestaria o, no digamos ya, contener una pandemia. Pero resulta que los belgas llevaban desde diciembre de 2018 sin Gobierno. Bélgica es una nación fallida, me sopla un compañero. No sé yo, para ser fallida sus índices de eficacia y prosperidad no han caído pese a no tener Gobierno. O sea, no se sabe si es que un país civilizado es capaz de funcionar por la inercia que le dan los altos y preparados funcionarios o si es que, como ya trató de explicarnos Bakunin, los gobiernos estorban y lo mejor es el anarquismo. Ni idea. El nuevo Gobierno belga (deberían cobrar por abonarse a las retransmisiones del consejo de ministros, dado que tienen que ser un espectáculo) tiene a socialdemócratas, liberales, democristianos, ecologistas, etc. Y tan etcétera. Solo hemos nombrado a cuatro. Faltan tres. Qué riqueza ideológica, por Dios.

    En cuanto se ha formado Gobierno ya han salido algunas voces a reclamar una nueva ley electoral para que prime mayorías y castigue a las pequeñas formaciones. Bélgica ya estuvo sin Gobierno quinientos y pico días entre 2010 y 2011, lo cual quiere decir que esto puede ser ya el inicio de una costumbre, una tradición patria, una seña de identidad, igual que el chocolate o Bruselas o el muñequito meón. Aquí nos meamos de la risa de que no sean capaces de renovar el Consejo General del Poder Judicial, dos años en funciones; o la dirección de RTVE. No hay tampoco acuerdo para el nuevo Defensor del Pueblo (yo propondría a Iker Casillas), ni Presupuestos, dos años ya gobernando con los de Rajoy. Al que la justicia se le está poniendo flamenca, que no belga.  

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