La Comunidad Valenciana, y por ende la provincia de Alicante, tiene menos incidencia del covid por cada cien mil habitantes que Canarias. En los hoteles de la Costa Blanca no se ha detectado ni un solo caso positivo durante lo que va de pandemia, los hoteles han hecho los deberes y están blindados contra el bicho. El casi “cierre” técnico de Benidorm este invierno por las restricciones de los países emisores de turistas (demanda existe como lo demuestra que hay reservas para Navidad y el año que viene) va a llevar a 25.000 trabajadores del turismo en la provincia -entre empleos directos e indirectos- al paro, aunque sea temporal, a sus casas y con el 70% del salario si no hay sorpresas de última hora en las nóminas. El aeropuerto aguanta como puede. ¿Qué más argumentos necesita el Gobierno para no considerar a Alicante como a Tenerife y convencer a sus socios de la ¿Unión? Europea de que la Costa Blanca es un destino seguro, más en invierno por aquello del descenso natural de los turistas? El secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer, lo tiene claro y desde el primer momento se ha puesto del lado del sector donde seguro que tendría hueco si dejara la política, tal como señaló en su día Toni Mayor, presidente de Hosbec. El turismo reglado es el dique contra posibles contagios. Pues nada, sigue olvidado, pese suponer el 24% del PIB de la provincia , con una aportación de 18.000 millones de euros al año. Poco a poco, y a medida que se acerca el puente del 9 de octubre, los empresarios van decidiendo cierres, ajustando plantillas porque ni los hoteles que queden abiertos van a trabajar con el 100% de sus empleados, y mirando hacia Moscú, Londres, China, Nueva York… a la espera de que por fin llegue la vacuna que ponga un poco de orden a este desconcierto sanitario. Pero, mientras, hay que seguir hacia delante y es hora de las medidas paliativas y no de tanta cuarentena. Test los que sean necesarios, pero no matemos a la gallina de los huevos de oro. La manifestación de Benidorm, hasta el pasado marzo la ciudad más alegre de España, debe dar lugar a un giro, pero ya. Porque si se hunden el turismo y los servicios nadie puede ni imaginarse la provincia que nos quedará. Mañana reabre el hotel Venus de Benidorm. Una decisión valiente. Un milagro.