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Joaquín Rábago

Wall Street prefiere a Biden

Democratic U.S. presidential nominee Joe Biden at a mobilization event in Detroit

Podría parecer extraño a algunos que la gran banca estadounidense prefiera al demócrata Joe Biden al republicano Donald Trump, pero no lo es sobre todo si se tiene en cuenta el errático comportamiento y la poca fiabilidad crediticia que atribuyen los medios al actual ocupante de la Casa Blanca y que hace que muchos bancos norteamericanos se negaran en su día a prestarle dinero para sus aventuras empresariales.

En su anterior campaña presidencial, Trump trató de presentar demagógicamente a su rival demócrata, entonces Hillary Clinton, como una simple marioneta de Wall Street, algo que ha vuelto a repetir ahora con el ex vicepresidente de Barack Obama y actual candidato a la presidencia, Joe Biden.

Y es cierto, según informan los propios medios norteamericanos, que el actual presidente ha obtenido para su campaña menos millones de dólares que los que han engrasado la de su rival demócrata. El promotor inmobiliario metido a político no ha sido nunca el favorito del sector financiero, que jamás se ha fiado realmente de él: ni antes como empresario varias veces fallido ni ahora como político.

En su primera campaña presidencial, Trump recibió de la gran banca de inversiones donativos por un total de 20.8 millones de dólares contra los 88 millones con los que Hillary Clinton pudo financiar la suya. Y esta vez ha aumentado incluso esa disparidad de fondos: 51 millones para Biden contra 11 millones para el actual presidente, según “Open Secrets”, organización estadounidense que investiga y analiza el dinero que va a las campañas electorales de los políticos.

De acuerdo con los minuciosos cálculos de esa fuente de información, los empleados del banco Goldman Sachs donaron esta vez 156.584 dólares a la campaña del candidato demócrata y menos de 12.000 dólares a la de Trump. Conviene recordar que el ex director ejecutivo de ese banco Jon Corzine fue gobernador y senador demócrata de Nueva Jersey.

No es ese, sin embargo, el único banco en preferir a Biden, sino que también lo hacen otros grandes de Wall Street como JP Morgan Chase, Morgan Stanley, Wells Fargo o Bank of America, lo que no quiere decir que los financieros hayan abandonado a Trump a su suerte: así, por ejemplo, Stephan Schwarzman, fundador de Blackstone, el mayor gestor de inversiones del mundo, donó 700.000 dólares a su campaña y el bróker y fundador de TD Ameritrade superó al anterior con hasta un millón de dólares.

Para entender la querencia de los grandes de Wall Street por un político tan veterano como Biden, conviene no olvidar que éste fue durante varias décadas senador del Estado de Delaware, donde, aprovechando su condición de práctico paraíso fiscal, han establecido su sede numerosas empresas, entre ellas las del sector financiero.

El motivo principal por el que Wall Street prefiere al demócrata parecer ser, como explicó el estratega en materia de inversiones del banco suizo UBS al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung, que las ayudas económicas que espera el sector de un presidente Biden pesan más que una rebaja de impuestos como la que promete Trump.

No todos están, sin embargo, de acuerdo, y así el banco de inversiones KBW no les oculta a sus clientes que lo mejor sería que todo siguiese como hasta ahora, es decir con Trump cuatro años más de presidente y el Senado, controlado por los republicanos; y lo peor, por lo contrario, que tanto la presidencia como las dos cámaras del Congreso cayeran en manos de los demócratas.

Si Biden llevase a la práctica su promesa electoral de aumentar los impuestos corporativos, para los diez mayores bancos del país supondría un coste anual de 7.000 millones de dólares, según un informe de la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s que cita aquel diario alemán. Pero pocos creen que esas subidas fuesen a llegar pronto, dada la actual situación económica, por lo que no les preocupa demasiado.

El sector financiero es en cualquier caso pragmático y tras la desastrosa gestión que ha hecho, y sigue haciendo, de la pandemia Donald Trump con graves repercusiones para la economía en general, prefiere apostar por quien parece ofrecerles más seguridad, que es en este caso en el candidato demócrata, a quien no se puede considerar ni mucho menos “un radical de izquierda”, como demagógicamente le pinta Trump. 

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