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Josep Candela i Muñoz

Mi experiencia ante un posible positivo en covid

Una enfermera realiza una PCR.

Dicen que en las situaciones extraordinarias no sale ni lo mejor ni lo peor de las personas, sino que simplemente es en los momentos más difíciles cuando precisamente sale lo que verdaderamente somos. Motivos en este sentido tenemos a la orden del día, por desgracia, por el tiempo que nos ha tocado vivir. Llevamos meses de lucha contra la Covid y ejemplos de lo que hablo los vemos cada día. No sólo en los puestos de trabajo que se consideran primera línea en la batalla contra la pandemia, sino en cada gesto humano o de egoísmo que se dan en nuestras calles. Si en algo nos ha igualado esta pandemia es que cada calle, cada plaza y cada salita de estar de casa se han convertido en el escenario donde consensuar cuál es la responsabilidad social que tenemos hacia los demás. La responsabilidad social tiene esto, se lucha en cada gesto, a cada paso, y cada paso es el ejemplo que puede provocar reacciones en los demás para reafirmar o para desistir el cumplimiento por pura imitación de las normas. Por ese, y no por otro motivo, creo que es necesario describir lo que he podido vivir en primera persona.

Como muchos sabéis hace unos días a raíz de tener síntomas compatibles con la Covid decidí aislarme inmediatamente y aunque duraron poco los síntomas, y prácticamente en menos de 24 horas ya estaba bien, decidí acudir a realizarme una PCR por el problema que podría suponer la entrada de un posible positivo en mi lugar de trabajo que como sabéis está en las dependencias de la Policía Local y en nuestro Ayuntamiento. Lo que pasó después ya lo saben todos aquellos que tuvieron contacto conmigo: me comunican que soy negativo y posteriormente me informan desde el laboratorio que habían dudas con mi prueba y pasaba a considerarse positiva. A partir de ese momento, hago lo que corresponde, aviso a todas las amistades y contactos con los que había tenido relación estrecha las últimas 48 horas y, cómo no, avisar a los compañeros de corporación tanto a gobierno como oposición para activar la cuarentena ante el peligro que puede suponer la aparición de un brote en un lugar tan sensible como un Ayuntamiento, donde tanta gente depende de los trámites que allí gestionamos. Con celeridad desde el equipo de gobierno, algunos desde el confinamiento y los que no había tenido contacto desde los despachos, gestionaron las pruebas tanto de funcionarios como corporativos que habían estado en contacto. En cuanto a mí, me llama el médico correspondiente para citarme para una segunda PCR ese mismo día. Puedo ser uno de los tantos falsos positivos que se han dado. Mientras tanto, a lo largo del día, el periódico Información pública que hay un positivo en la corporación crevillentina, un hecho nunca confirmado oficialmente en ese momento por el gobierno municipal cuando nos había preguntado su periodista. Ese mismo día la portavoz de VOX en llamada a la televisión local anuncia que hay un positivo en el Ayuntamiento y que ellas no son (un gran sentido del compañerismo) y para anunciar que ellas se pagarán su PCR (como si los demás no nos lo hubiéramos pagado siempre, este último incluido). Todo ello, como he dicho, sin tener la confirmación de la segunda prueba y sabiendo perfectamente por boca mía y del alcalde que la situación era dudosa. Una prueba que como ya algunos saben, la mía, dio finalmente negativo. El alcalde que estaba en aislamiento por el contacto con un positivo fuera del ayuntamiento también recibe su resultado: negativo también. Es cuando ya tenemos el resultado de todas las pruebas cuando se procede a informar tanto a la corporación como a la opinión pública: ha aparecido un positivo que no se había detectado y que no era ninguna de las pruebas anteriormente en sospecha. Un hecho que por pura estadística, por desgracia, era posible que pudiera darse y más con la cantidad de positivos asintomáticos que pueden haber.

Entra en juego el Partido Popular. Digo que entra en juego de manera oficial, no incluyo en esta cuenta la cantidad de perfiles falsos en Internet que trabajan para ellos. Primero nos dicen que quieren hacer un comunicado conjunto, lo cual se ve con buenos ojos por todos, pero una vez se les pasa el borrador de la nota de prensa con los resultados nos comunican que tras consultarlo entre "ellos" deciden hacer una nota aparte. Nota que estoy seguro alguno de ellos ni compartirían, la cual ya han podido leer y donde se acusa de poca transparencia y de no querer comunicarles el positivo del ayuntamiento. Fíjense como en esa nota hablan de dos positivos después de saber el resultado de mi prueba negativa y como hablan de que no se les comunica quién es el positivo sin especificar cuál de los dos se refiere, omitiendo que yo mismo les había avisado de mis resultados contradictorios desde el primer día. La consigna es clara: aumentar el nivel de desconcierto para que en la calle se cuestione la realidad y la veracidad de lo que dice este gobierno. Estrategias que, otra vez por desgracia, creíamos reservadas sólo para los debates del Congreso de los Diputados.

A día de hoy creo que era importante relatarlo, no por el resultado de las pruebas, esto es irrelevante totalmente ya que deberemos aprender a convivir con la aparición de muchos positivos cercanos a nosotros. De hecho muchos no sabremos, hasta pasar unos días y pagarnos un test de anticuerpos, si lo hemos pasado o no, si fuimos un falso positivo o si nos cogió en las últimas horas detectables de la enfermedad. Como digo esto es una cuestión secundaria y que, siguiendo los protocolos de días de cuarentena y habiendo dado negativo, no reviste de una mayor importancia por suerte estando bien de salud y que corresponde al terreno personal de cada uno. Pero sí hay un terreno que desborda lo personal y que considero importante dado que somos representantes públicos y de alguna manera estas cosas tienen afección en la vida pública de nuestro pueblo. Mi pregunta es ¿qué imagen hemos dado a la gente con la gestión de la información de estos últimos días en los medios de comunicación? Nosotros que debemos ser ejemplo.

Ahí fuera se está luchando una batalla contra la Covid donde uno de los principales objetivos es detectar la transmisión de la misma y con ello uno de los enemigos más grandes es el miedo al qué dirán y la criminalización de quien reconozca esos síntomas. ¿La postura de generar controversia de algunos partidos favorece la normalidad o aumenta la crispación y la tendencia a señalar a nuestros propios vecinos? Creo que todos somos suficientemente responsables, ya no hablo sólo los políticos sino la población en general, para parar y repensar cómo queremos plantearnos unos meses que vienen y que se nos avecinan difíciles. Una máxima muy clara: o esto nos pilla unidos o la deshumanización está servida.

Y no quiero terminar sin sacar lo positivo de lo que he pasado y son unos consejos para que aquellos que me lean pueda servirles si en algún momento sienten síntomas:

  1. No esperes a la evolución de los síntomas. A la mínima aparición de ellos, aíslate de las personas con las que convives. Después, si van a más, te sentirás más tranquilo si crees que has reducido al mínimo la afectación de los tuyos. Recomiendo en este sentido que en casa tengamos una mínima planificación preparada por si nos toca, así cuando pase la familia ya sabrá qué espacio de la casa debe ocupar y tener preparados los útiles que utilizarán unos y otros. Los primeros momentos pueden ser de caos y se deben minimizar y mecanizarse.
  2. Adelántate a los rastreadores si has dado positivo. Ahora mismo hay un enorme colapso por mucho que seamos de las autonomías que más tienen. Lo que te preguntarán es con quien has estado las 48 horas antes de los síntomas a menos de dos metros y más de 15 minutos sin mascarilla. Llama a tus contactos como si tú fueras el rastreador. Créeme que no hay que tener ningún miedo, la mayoría de población vamos a pasar por aquí ya sea como caso positivo o como rastreado, te aseguro que los contactos a los que llamas agradecen esa rapidez y la sinceridad. Te darás cuenta también que quien cumple esos parámetros suele ser la gente a la que más quieres, así que no les falles.
  3. Si has pasado por esto o tienes algún caso cercano, ayuda a normalizar la gestión de la pandemia. Nadie, y digo absolutamente NADIE, es culpable de ser positivo, ni cuando haya tenido conductas de riesgo. Esta enfermedad nos ha tocado vivirla y vencerla. Estamos aquí para afrontarla y no para juzgar porque la tiene quien sea y más si no conocemos sus circunstancias. Por tanto, no necesitamos culpables sino recuperar a gente que deje de estar equivocada y nos eche una mano para contraatacarla. Si aislamos esas conductas y las reprobamos haremos que los bulos, historias inventadas o interesadas, dejen de tener efecto y no provoquen el silencio de alguien.

En definitiva y como conclusión: cuidémonos, cuidémonos y cuidémonos.

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