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Francesc Sanguino

Odio nocturno

Protesta del sector de hostelería.

La historia es bien sencilla: preparamos una moción para combatir la gravedad de la situación en la hostelería: la devolución de las tasas cobradas indebidamente por los veladores; declarar la exención del pago de esas tasas hasta el 31 de diciembre y que no se cobre en 2021. También exigimos que se devuelvan las tasas de basuras cobradas indebidamente de 2020 y se declare la exención de pagarla en 2021; que la solicitud de compatibilidad del artículo 13.3 de la ley 14/2010 sea el instrumento para tramitar la Declaración Responsable para actividad de cafetería o restaurante y, por último, que se cree una Unidad Administrativa Municipal para la mediación urgente del alquiler de locales del comercio y la hostelería en nuestra ciudad, tal y como reclama el sector.

Luis Barcala inadmite esta moción como tantas otras, y al contrario de lo que había determinado el Síndic de Greuges unos meses antes. A Barcala, el defensor del pueblo valenciano no le tose. No se entiende esa oposición pétrea a solucionar el gravísimo problema de la hostelería sin dar una explicación más allá de lanzarlo contra el Govern. Y cuando no es contra el Govern es contra el Gobierno. Pasa el tiempo y el problema se agrava. Algunos de los hosteleros reconocen que no pueden aguantar con sus establecimientos abiertos una semana más, con el irreparable perjuicio para sus familias, para el tejido turístico y económico de la ciudad. Ven con buenos ojos nuestra moción (aunque inadmitida ya), y se deciden a acompañarnos para presentarla conjuntamente en el Ayuntamiento y ofrecer entre todos una solución. Porque de eso se trata, de ofrecer alguna solución, de dar la cara y no esconderse y esperar a que escampe, y mientras soltar al pitbull para que no me molesten en casa.

Unos minutos antes de ella, reunidos con representantes de las asociaciones hosteleras, sobreviene lo impensable. Aseguran que llevan presionándolos desde el día anterior, recordándoles que está pendiente la renovación de veladores de sus negocios, amenazándolos presuntamente con el pan de sus hijos, ni más ni menos. “Fuentes de los hosteleros” anuncian que se retiran de la presentación, pero nos autorizan a declarar que han recibido presiones para no acompañarnos. Nos presentamos en la rueda de prensa explicando nuestras propuestas para la mejora de las condiciones de vida en la pandemia. No estamos hablando de condiciones empresariales, estamos hablando simplemente de condiciones de vida, y ellos tienen de las peores en estos momentos.

Dejar de lado a los han tratado de ayudarlos desde el principio (como hacemos con cualquier colectivo de la ciudad) no parece la decisión más conveniente. Mirar tan a corto plazo puede resultar un bálsamo reconfortante (no lo será por el ínfimo acuerdo que firman esa tarde), pero puedes encontrarte con que en pocos años, quien ha de gobernar y ayudarte desde el sillón de la alcaldía es aquel a quien pedías ayuda para tu problema y no se te ocurrió invitarlo después a la mesa de la solución.

En mi modesta opinión, hubo quienes tuvieron la oportunidad de proponer que ambos partidos, los mayoritarios, nos pusiéramos a trabajar para tratar de llegar a acuerdos entre las tres partes. Era una ocasión perfecta para demostrar que los políticos se pueden poner de acuerdo, pero que hosteleros o vecinos, también se pueden poner de acuerdo con los políticos. Con todos los políticos. Por otro lado, era también una ocasión perfecta para acabar con todo ese odio nocturno de la noche anterior vertido sobre los hosteleros y demostrar que se es un alcalde con visión. Y no fue por nosotros que no sucedió nada de eso porque no nos invitaron a ese último baile.

La historia es bien sencilla: el Grupo Municipal Socialista propuso desde el primer momento una serie de medidas para aquellos asociados, trató de ofrecer soluciones a un problema que hoy mismo se ha vuelto todavía más trágico con la llegada de una segunda oleada de covid-19 y un posible segundo confinamiento. Nunca nos echaremos atrás para tratar de solucionar cada problema de los vecinos. No podemos: somos el PSOE. Nunca abandonaremos la idea de que el consenso y el diálogo es la manera más efectiva y respetuosa de conseguir esas soluciones, y este portavoz socialista, todavía lo cree aún más, si es que eso es posible. Quizá por eso nuestro partido tiene 141 años de historia y lustros de experiencia en gobiernos democráticos nacionales, autonómicos y también, cómo no, lustros de gobierno en el Ayuntamiento de Alicante. Que confiamos en revalidar gracias a la confianza de vecinos y vecinas.

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