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Antonio Balibrea

La ultraderecha sin padrino

Trump y Biden

Que conste que lo advertí. Cuando afirmé que Joe Biden iba a ganar las elecciones en voto popular, y también la Convención de calle. Maticé que esa atrevida afirmación tenía "una base científica, un poquito de intuición y mucho de deseo”.

La base científica es lo que ha salvado la osadía de semejante pronóstico. Me refería a que Biden ha tenido durante toda la campaña una diferencia de entre 10 y 12 puntos; la víspera de la votación era poco más de 6 puntos. Pero, sobre todo los sondeos en los estados oscilantes- los que en 2016 votaron a Trump, pero antes habían votado demócrata- eran Pennsylvania, Michigan, Wisconsin, Arizona y Florida. Según los sondeos Biden vencía por un 7% en los tres primeros; por un 6 % en Arizona; y por un 5 % en Florida. Florida lo ha ganado Trump con un 51,3%; sin embargo, Arizona lo ha ganado Biden con el 52,6%. Los otros tres estados, Pennsylvania, Michigan, y Wisconsin son los que tienen hasta el viernes para completar el escrutinio, y ahí la diferencia en los sondeos era de un 7 % Estos tres estados suman 46 delegados. La victoria en estos tres estados daría a Biden 273 compromisarios y la presidencia. Hay que tener en cuenta que lo que falta por escrutar es el voto por correo, el que ha tratado repetidamente de invalidar Trump, porque en su gran mayoría es demócrata. El Tribunal Supremo ha autorizado a que se contabilice hasta el viernes siempre que el matasellos sea anterior a la fecha de votación. Y, faltan además por escrutar los resultados de Georgia y Carolina del Norte. Sigo confiando en los sondeos de opinión, mas si son los publicados por el Washington Post. No voy a tirar piedras contra mi propio tejado: la sociología y un buen periódico. Hasta ahí podíamos llegar.

El presidente Trump ha debido hacer también estas cuentas: a pesar de decir que “ha ganado”, ya ha mandado a sus abogados a impugnar los resultados. No debe estar muy convencido de su victoria. Lo de ganar por goleada es plenamente atribuible a mí, que tengo “mucho deseo” de que Trump se vuelva a su show de la televisión. Debería reservar los abogados porque le harán falta cuando deje la Casa Blanca. Esperemos que se contenga un poco, al menos durante las diez semanas, aproximadamente, que le quedan de titular.

El efecto mas próximo de la derrota del populismo norteamericano va a ser sobre el populismo europeo. Empezando por el primer ministro británico, Boris Jhonson, que tantas esperanzas tenía de un gran acuerdo con Donald Trump. Ahora su proyecto de ley para incumplir el acuerdo sobre la frontera de Irlanda, que utilizaba para bloquear las negociaciones del Brexit, lo tendrá que retirar. Al fin y al cabo, Biden es descendiente de irlandeses y ya se lo avisó. El lobby irlandés en Washington es muy potente. La extrema derecha española también puede pensar algo sobre las barbas del vecino. Y no es exageración, su vocación será muy española pero sus padrinos proceden de USA.

Un efecto global más importante es la recuperación del Acuerdo de París sobre el cambio climático. Quizá la vuelta al acuerdo de limitación de armas nucleares con Irán. Probablemente también la reintegración de los Estados Unidos en los organismos internacionales: la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial del Comercio y la UNESCO. Estratégicamente Estados Unidos y la Unión Europea volverán a presentar un frente sólido ante China y Rusia. En general se van a recuperar los foros multilaterales en la política internacional, incluido el G-20 que se había aplazado. La Unión Europea ha dejado de tener un adversario terrible en el presidente de los Estados Unidos que tanto apoyó el Brexit, y buscó el fracaso de la UE.

Esperemos hasta conocer los resultados definitivos el viernes. Salvo si hay impugnación judicial, que los retrasarían más. En el mundo de Trump no es descartable. Yo no pierdo la esperanza de que se lleve su show a la tele.

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