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Jóvenes en la diana

Jóvenes en la calle haciendo uso de la mascarilla.

Creo que, por suerte, no estoy solo al respecto. Hacía ya muchos años que no opinaba en ningún medio de comunicación, pero en este caso, voy a hacer una excepción, dadas las circunstancias. Y no voy a volver a opinar sobre ágrafos, politicastros/as/es ni sobre lo mal que estamos dejando el país para venideras generaciones, comportándonos como radicales y cantamañanas.

Sólo quiero dar mi apoyo a la juventud, ya que trabajo, como docente, con adolescentes, desde hace más de tres lustros; no me parece justo que se hable únicamente de los jóvenes que no saben hacer "la o con un canuto".

Trabajadores, educados, -mucho más solidarios que nosotros lo éramos-,  y cultos los hay y cada vez más, -para nuestra suerte-, pero esas imágenes que han aparecido de Murcia, -mi amada región-, no hacen justicia hacia la mayor parte de ellos. Esos individuos que bebían en las terrazas un día antes de que se cerraran como si no existiera un mañana, no reflejan a la mayoría de jóvenes, que están siendo verdaderos valientes, cuidándose, cuidando a sus mayores, trabajando como bestias, haciendo de este reino de taifas un país del que sentirnos orgullosos.

Ellos son una mayoría que no llama la atención: aguantan condiciones laborales inenarrables, -muchos para poder pagarse sus estudios-, investigan en laboratorios para que la salud de quienes les hacemos la vida imposible sea mejor y se alarguen nuestras insignificantes vidas, nos curan, educan a nuestros hijos, nos hacen felices con su arte, con su escritura, con su música y nos alegran la vida.

Porque, -como más o menos decía Dalí-, si hay algo que no aguanto de la juventud es no formar parte de la misma.

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