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Vicente Magro Servet

El teletrabajo y el rendimiento laboral

Alexis teletrabaja para una consultora farmacéutica.

Una de las novedades forzadas por el estado de necesidad que ha provocado el coronavirus ha sido la incorporación de la metodología en la actividad laboral referida al denominado teletrabajo. Una forma de trabajar mínimamente aplicada antes del 15 de marzo, pero que la actual situación ha puesto en marcha para evitar la existencia de contagio en las organizaciones empresariales en la actividad privada, y, también, en la Administración Pública, al punto de que ya existe regulación específica, por ejemplo, en la Administración de Justicia en los órganos colegiados donde se impone la deliberación telemática de los Magistrados hasta el próximo mes de Junio de 2021, al menos, y que podrá ser continuada una vez se alce esta situación tan preocupante, por la efectividad de resultados que esta forma de trabajar está provocando.

Esta modalidad de teletrabajo se ha entendido como una forma específica en algunos sectores y en algunas posiciones laborales en donde es posible esa forma de actuar si no es preciso estar en contacto directo con otros compañeros de trabajo, o con el público en general, para llevar a efecto la actividad laboral concreta por parte del trabajador, ya que hay otras actividades en las que se tienen que seguir adoptando las medidas de precaución necesarias, como la distancia, o el uso de la mascarilla y los geles, pero que requiere la presencia del trabajador en el centro de trabajo junto con el resto de compañeros y por la atención directa al público, aunque ahora ello provoque los riesgos del contagio hasta que no se ponga la vacuna a toda la población.

El teletrabajo es eficaz y eficiente, porque consigue buenos resultados y con pocos medios. Eficacia es «hacer las cosas correctas», es decir, hacer las cosas que mejor conducen a la consecución de los resultados y Eficiencia es «hacer bien las cosas», es decir, hacer la cosas buscando la mejor relación posible entre los recursos empleados y los resultados obtenidos. Pero, sobre todo, el teletrabajo es efectivo, porque la Efectividad es «hacer bien las cosas correctas», es decir, hacer las cosas de forma eficiente y eficaz.

Esta modalidad que ahora se ha puesto de moda tiene cosas buenas y algunos defectos. Con respecto de éstos debe actuarse con cierto control desde la organización, ya que en trabajadores que tienden a no rendir bien normalmente, o que hay que vigilar, pueden encontrar en esta vía una forma de rendir menos, porque en toda organización hay algunos que “reman” con energía sintiendo la responsabilidad de que deben hacer bien con su trabajo, un segundo grupo simplemente reman lo que se les pide, pero sin ningún esfuerzo adicional, y el tercer grupo se integra por aquellos que se intentan “escaquear” cuando pueden, por lo que en el teletrabajo esta trilogía puede dar lugar a que los terceros desaparezcan todavía más en el cumplimiento de sus obligaciones.

Desde luego, tanto en la empresa privada y en la Administración Pública destacan aquellos grupos de trabajo que disponen más personas de los del primer grupo. Aquellos que sienten la responsabilidad de que el objetivo de la empresa lo hacen propio y reman de forma intensa, intentando ser mejores cada día. Es aquí donde se marcan las diferencias en los grupos de trabajo, y que algunas empresas rindan más que otras, al igual que determinados sectores de la Administración.

También existen defectos relacionados con que el trabajador está solo en el desarrollo de su actividad y precisa de contactar por teléfono o videoconferencia para relacionarse con sus compañeros, aunque, en realidad, el defecto, viene más por el sentimiento de soledad, ya que las reuniones por videoconferencia tienen la misma eficacia que la presencial, ya que lo importante es lo que se comunica y esto se hace igual en presencial que por videoconferencia. Otra cosa es que nos guste más lo presencial... pero eso es otra cosa y aquí estamos hablando de efectividad.

Las ventajas de esta metodología se centran en que si existe un debido control y se actúa por la vía de los resultados, éstos se alcanzan más y mejor, porque, al final, existe una mayor dedicación al trabajo en sí, y menores distracciones, así como que no existe la pérdida de tiempo en los desplazamientos, lo que conlleva que si analizamos los tiempos perdidos en este último concepto y dedicados a rendir podríamos llegar a reunir dos o tres días más al mes de dedicación, por lo que los resultados son mayores.

Pero para que éste sea realmente eficaz es preciso que se vigile el entorno donde se trabaja, y que se mantenga el orden, así como disponer de buenos medios tecnológicos que permitan optimizar el tiempo de dedicación al trabajo. Algunos, incluso, apuestan por un sistema mixto cuando esto termine, lo que permitiría sacar las ventajas del presencial y teletrabajo. Lo iremos viendo.

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