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Luis Alfonso Muñoz Saiz

Conmemorando el Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Día Internacional de las Personas con Discapacidad

Hoy es el Día Internacional de la Personas con Discapacidad y, a lo mejor hoy, alguien “descubre” que convive con algunos vecinos que tienen alguna característica peculiar y con los que apenas tiene relación.

Llevamos un año complicado en el que no solo no se facilitan las relaciones sociales, sino que, además, se recomienda que las evitemos en la medida de lo posible. Para las personas con Diversidad Funcional, después de años de esfuerzos para procurar la visibilidad y la integración social en todos los ámbitos, los confinamientos no terminan de ayudar para conseguir los objetivos. La realidad de la pandemia obliga a mucha prudencia para todos, también para las personas con Diversidad, y no facilita actividades de integración o de normalización en sus vidas. Las actividades de ocio se están viendo muy limitadas para todos y vuelve a ser poco habitual ver a personas con discapacidad intelectual en las colas del supermercado, en el cine o tomando algo en la terraza de un bar.

Incluso en estos tiempos deberíamos preguntarnos por cómo nos relacionamos con las personas con discapacidad cuando nos cruzamos con ellas; las posibilidades van desde la indiferencia, el rechazo, el miedo, la condescendencia, la sobreprotección… Si les preguntamos a ellas/os cómo les gustaría que fuesen sus relaciones sociales, quizá nos dirían que no nos compliquemos la vida, que quieren cosas normales en contextos normales y que nos podíamos ahorrar ciertos “tonos” en nuestras conversaciones con ellos, que pasó el tiempo de que les subamos la voz o que hablemos muy despacio, como si fuesen guiris, que les gusta que se les pida opinión y no se decida por ellos, que sus intereses son mucho más amplios de los que les suponemos, etc.

Aunque la diversidad en general enriquece, a veces hace falta que esté presente y visible para poder normalizarla. La recomendación de limitar los contactos sociales, siendo una excelente medida para evitar la propagación de contagios, no facilita la visibilidad de lo diferente y, en su momento, habrá que volver a realizar nuevamente caminos ya recorridos.

Pero, debemos ser capaces de ver oportunidades en las dificultades y, la obligatoriedad del uso de mascarilla, nos permite algo fantástico: mirar a los ojos. Es en la mirada donde vamos a encontrar estados emocionales de los demás que vamos a ser capaces de entender y empatizar con ellos porque son universales; con todos los matices que queramos añadirle, un sentimiento de amor, de esperanza, de ira, de enfado, de incomodidad, etc. son comunes para todos los seres humanos, aunque luego cada uno los exprese de una forma determinada. Por tanto, a través de la mirada mutua es donde puedo empatizar con quien tengo delante y encontrarnos en lo común, que es mucho.

Aprovechemos la situación para llevar nuestra mirada a la mirada de las personas con diversidad funcional, conectar con ellas y, seguro, nos vamos a reconocer mutuamente como compañeros en este viaje de hacer una sociedad mejor. 

Luis Alfonso Muñoz Saiz es director del C.O. Doble Amor de Benidorm

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