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Justo Gil Sanchez

Mejor con los pies en la tierra

Que gobernar es tarea complicada y hercúlea, es un hecho. Que contentar a todos en la acción política, se anuda a tarea imposible y es algo ya deglutido

Pedro Sánchez hace balance del año

Un discurso de balance de fin de año 2020 del Presidente de Gobierno no puede durar más de una hora, en tanto que las respuestas a los medios cuarenta y cinco minutos. Los tiempos están invertidos. Que gobernar es tarea complicada y hercúlea, es un hecho. Que contentar a todos en la acción política, se anuda a tarea imposible y es algo ya deglutido. Que un discurso dure aquel tiempo es cosa que hay que reprobar del asesor de turno.

Palabras, hechos y actitud, desde la humildad, es el trípode sobre el que se debe de asentar el ejercicio de la res publica. Las palabras – de no recordar el antecedente- las carga el diablo. Máxime cuando se señala que se “reafirma en el valor de la palabra dada”. Hay que ser prudente, muy prudente...

Hay cosas que son de cajón. La primera regla que debe saber un Ejecutivo es que el mismo no puede autoevaluarse, ni puede ponerse nota. Lo de “sobresaliente” está muy demás. En una oposición te juzga y evalúa el tribunal; en una democracia, el ejercicio de la acción política cotidiana la juzga el pueblo, cuando toca. Tampoco es de echarse flores porque sea Este ejecutivo el que ex novo presente un informe de rendición de cuentas. Es que es una exigencia obligada. Es bueno que unos profesores le hayan echado un vistazo sobre grado de cumplimiento de compromisos. Es cierto que, antes, otros ejecutivos no lo habían hecho. Pero tampoco es para una autoalabanza exagerada. Las cosas deben ser más simples y huidizas de cualquier atisbo de alharaca. La sencillez es un valor que demanda la sociedad en tanto que la altivez y soberbia es algo que se detesta.

El partido que nuclea el Ejecutivo – y de ahí su respaldo popular- es formación socialdemócrata, preocupado por la acción social, pero atento a la economía social de mercado. Sin relanzamiento económico, no hay país que resista. Papá Estado no todo lo puede. Gracias a la Europa solidaria podremos respirar durante un tiempo, pero hay que reorganizar desde ya el entramado económico de este país a la par que el institucional. Populismos, nada de nada. Ahí no hay hooligan que valga.

Es cierto que toda la atención se ha centrado en el año 2020 en cómo afrontar la pandemia del Covid-19, y poco tiempo ha quedado para otros menesteres. Está justificado: porque antes que nada está el derecho a la vida, el derecho a la salud y el derecho a la asistencia sanitaria. Y después, todo lo demás. Es positivo que se anuncie una norma que haga más transparente el papel del Rey y Corona. ¿Cómo no se va a estar de acuerdo?

Piénsese muy bien en las acciones políticas a adoptar - no salga el tiro por la culata- en temas como indultos tras las elecciones catalanas, con informes desfavorables de Tribunales o Fiscalia, la situación “okupacional” que está preocupando enormemente a la sociedad, etcétera. Perder la confianza ciudadana es muy fácil – vamos, es un plis plas-, pero recuperarla es tarea titánica y duradera. No se olvide nunca, porque la experiencia es la suma de muchos desengaños. Humildad.

Este escribidor gustaría culminar este articulo con un cuarteto poético que dijera algo asi, como: Embelesado se hallaba en su pedestal, / lisonjas hueras recibía, / Y bien que todas, sin desdén, admitía. / Creyendo, crédulo, que no era gestual.

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