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Reflexiones en torno a Trump

Donald Trump, en el vídeo en el que ha condenado en Twitter el asalto al Capitolio.

Ya está. Enero 2021, fin de la presidencia de Donald Trump.

1– No es un loco ni un payaso. A veces pretendemos calificar algo complejo con palabras simples y así es imposible hacer una mínima aproximación a la verdad. Un loco es quien ha perdido sus facultades mentales y ese señor las tiene en perfecto estado. Y calificarlo de payaso es insultar quienes se ganan la vida pretendiendo hacernos reír.

2- Personalidad bien definida. Quienes se dedican al estudio psicológico de las personas, de sus rasgos biográficos, saben que hay individuos a los que el calificativo de malos es el que mejor les cuadra. Son manipuladores, narcisistas, soberbios, supremacistas, ladrones, ambiciosos, mentirosos compulsivos. Y Trump encaja perfectamente con todos esos rasgos. Un tipo muy peligroso.

3- Inteligente. Ninguna persona con un coeficiente intelectual bajo es capaz de acercarse a donde él ha llegado. Con la suerte de un dinero llovido del cielo (su padre, en este caso) ha sido capaz de hacer fortuna en un país en el que la especulación y el juego financiero es casi un deporte nacional. Se marcó una meta, la presidencia, y la consiguió.

4- Los trumpistas. El franquismo nació con Franco, pero no hubiera sobrevivido sin franquistas. Lo mismo ocurre con el fenómeno Trump, una cosa es él y otra quienes le han reído las gracias y apoyado en políticas demenciales.

5- Lo malo de las elecciones de 2020. Algo más de 74 millones de estadounidenses le han votado, hecho que no nos entra en la cabeza a quienes aspiramos a ser racionales. Diez millones más de votos que en 2016. Algo muy serio, y lamentable, debe estar ocurriendo en EEUU cuando hay tantas personas dispuestas a que ese individuo les gobierne. El éxito como objetivo, la victoria, eso es lo importante para ellos.

6- Lo bueno de las elecciones de 2020. Que 80 millones de votantes lo hayan hecho contra Trump. Yo no creo que Biden despierte pasiones en su favor, por lo que debemos interpretar que tantos ciudadanos han ido a votar para echar de la Casa Blanca al actual inquilino. Y eso nos demuestra que una enorme fuerza democrática tiene pulso en ese extraño y complejo país. Contradicciones evidentes.

7- La fortaleza del Estado federal. Aunque haya parecido farragoso y complicado, para mí el recuento ha sido fantástico. No lo digo por la lentitud, eso es un disparate, a ver si se van animando a modernizarse. Lo importante ha sido ver a diferentes estados, con legislaciones distintas y con gobernadores de los dos partidos saliendo a exigir respeto por la legalidad que ellos garantizan. Lo federal ha salido reforzado.

8- Kamala Harris. Posiblemente lo mejor. EEUU es un país machista, mucho. Con recordar cualquier película del oeste basta. Esos salvajes armados que amenazan a los que no piensan como ellos son todos hombres blancos. Es imprescindible que las mujeres comiencen a ser protagonistas en muchos campos, el político entre ellos. Y esta señora lo tiene todo: preparación, experiencia, pertenencia a una minoría necesitada de referentes, antecedentes nativos; en resumen, cuenta con base suficiente para ser la primera presidenta estadounidense. Es joven, para lo que se estila en estos cargos, y en estos cuatro años, como vicepresidenta, va a poder aprender mucho.

9- Biden decepcionará. Todos lo hacen. Es imposible cumplir con las expectativas de los millones de ciudadanos del mundo que estamos aplaudiendo su llegada a la presidencia de los EEUU. En Oriente Medio, en Latinoamérica, en la ONU, en tantos y tantos asuntos en los que tendrá que intervenir, seguro que fallará, ¡ojalá que sea poco!

10- ¿Y nosotros? Lo más complicado de lo ocurrido es tratar de sacar conclusiones aplicables a Europa, a España. A mí me horroriza la colonización cultural que los estudios audiovisuales norteamericanos han hecho y seguirán haciendo por estos lares. Esa exaltación del éxito sin más; esos niños compitiendo por ganar, a cocinar, a cantar, a lo que sea; esa afición a amasar dinero como principal objetivo en la vida, la economía como primer y casi único motor del mundo. ¿Nos servirá de algo el lamentable modelo Trump?

Quiero concluir este artículo con una frase que me gusta mucho. La defendió toda su vida el profesor y político Ralf Dahrendorf: “la democracia es la convivencia en el conflicto”. La vida es conflicto, lo sabemos, pero queremos convivir. Trump y sus imitadores, que solo aspiran a dividir, no deberían gobernar nunca y la fuerza de los votos es el mejor antídoto, lo acabamos de comprobar. Quienes creemos en la democracia tenemos que esforzarnos por consolidarla día a día ya que seguidores de lo contrario sabemos que los hay, muchos, y no solo en los EEUU.

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