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Miguel Millana

Alicante 2021, el año que envejece rápido

Fotografía de archivo de una vista aérea en Alicante.

 Empezamos el nuevo año con una inercia insoportable heredera del año 2020 y de las formas del gobierno municipal de la ciudad de Alicante, con un concepto de las políticas públicas sin la pulsión necesaria para resolver los problemas de la ciudad. No solo de las carencias estructurales de una ciudad que, bajo una era de veinte años de gobiernos del Partido Popular, perdió la capacidad de transformación y modernización para crear un entorno agradable y equilibrado donde vivir a gusto las personas, independientemente de su capacidad económica, y donde lo público asegurara esa igualdad necesaria para una cohesión social y calidad de vida aceptable; es que, además, ese gobierno municipal está guiado por el alcalde Barcala, con un estilo de gobierno pasivo ante la crisis económica, porque en su ideario no figura activar la capacidad del ayuntamiento como compensador de los desequilibrios sociales y motor (compartido con la iniciativa privada) de la economía local. El PP que redujo a cenizas la participación del tejido social y vecinal en la vida de la ciudad, del que apenas queda algún apreciable rescoldo, llevó a cabo una política teatrera de gestos triviales y adhesiones banales para seguir gobernando el atraso de una ciudad que puede y debe aspirar a más.

Las perspectivas positivas de futuro para Alicante vienen de las inversiones traídas por otras administraciones, la oficina europea de marcas EUIPO, el Distrito Digital, la activación del Teatro Principal, la Conselleria de Innovación, las inversiones públicas en transporte (TRAM, AVE, Aeropuerto), así como el plan de inversiones de la Generalitat valenciana aprobado en los presupuestos de este año, que junto con las del gobierno de España se elevan a ochenta millones de euros.

El Ayuntamiento de Alicante tiene un remanente del ejercicio 2019 de casi veinte millones de euros. Los socialistas hemos propuesto aplicar ese remanente a dotar de solvencia a las empresas de la ciudad, es decir, aportar liquidez para reactivar la economía de la ciudad, asegurar el empleo existente y fomentar la generación de nuevas empresas. La ciudad de Alicante debe aprovechar el potencial que supone el entorno de producción de ciencia y valor añadido de las universidades, el Distrito Digital, los fondos de la Generalitat valenciana, del gobierno de España y de la Unión europea, para desarrollar la economía productiva de bienes y servicios de la ciudad, crear empleo de calidad y poner así las bases de un futuro de mayor prosperidad al abrigo de circunstancias momentáneas de mayor o menor afluencia turística de sol y playa.

Hemos deseado presentar a los empresarios la propuesta de inyección de veinte millones de euros mediante solicitud realizada a mediados de diciembre pasado a la dirección provincial de la CEV, opción que hasta el momento no ha considerado. Deberá explicar por qué ante sus asociados. En cambio, sí se ha mostrado disponible para avalar una rebaja insustancial del recargo provincial del IAE que gestiona la Diputación Provincial, que supone unos cien euros por empresa (aplicable a las que facturan más de un millón de euros), como gran acontecimiento de apoyo a las empresas de la provincia, el prestigio conviene cuidarlo porque se pierde con facilidad cuando no se actúa con equilibrio y ponderación.

Es útil destacar como plantea el grupo socialista municipal la asignación de los veinte millones de euros del remanente municipal. La crisis derivada de la pandemia se alarga más de lo previsto, la recuperación se tomará más tiempo, probablemente hasta el año 2025, es por ello que en las negociaciones presupuestarias los socialistas damos prioridad a la recuperación económica y a la emergencia social. En la recuperación económica hemos propuesto la creación de un fondo de participación financiera, que aporte fondos a largo plazo (diez años) con la doble opción de ser a fondo perdido si la empresa quiebra, y reembolsable si la empresa se recupera. Actuaría como si fuera una aportación al capital (no es deuda) o como un préstamo participativo (tampoco es deuda, es similar al capital social). La comisión de hacienda del ayuntamiento aprobó por unanimidad abordar el estudio de esta opción de apoyo a la solvencia de las empresas de la ciudad. Estamos a la espera del inicio de los trabajos de la comisión técnica o grupo de trabajo correspondiente. Hay que resaltar que el apoyo del Grupo Ciudadanos y la no oposición del Grupo Popular han sido clave para que este acuerdo pueda materializarse, además de agradecer el apoyo de Compromís y Unides Podem.

Estamos a mediados de enero de 2021 y los presupuestos del ayuntamiento pendientes de aprobar.

Los socialistas nos estamos aplicando a proponer soluciones positivas para las personas que viven y trabajan en Alicante, para las empresas, los emprendedores, especialmente jóvenes y de más edad, ofreciendo sin planteamientos partidistas estériles, desde la oposición, fórmulas de consenso para que la crisis económica y la exclusión social no destruyan la convivencia ciudadana, factor esencial para que una ciudad sea atractiva para vivir y atraer inversiones, generar riqueza y bienestar en su entorno.

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