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Luis Prats

Un gol al arcoiris

Luis Prats

Derbis clásicos

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Hércules - Alcoyano: Las imágenes del partido (0-0)

No hubo clásico a nivel nacional en Sevilla. El Real Madrid falló en las semifinales y el Athletic Club se merendó al Barcelona en la final de la Supercopa. En Alicante, sí. Hércules contra Alcoyano se está convirtiendo en el derbi clásico por excelencia. Mes que un derbi. Donde las desgracias para el Hércules se acumulan en una docena de partidos de rivalidad provincial sin ganar. Pero quizá la más impotente para los del Rico Pérez es que el Alcoyano ha recogido el testigo de los ilicitanos y se están convirtiendo en el rival por excelencia de los blanquiazules. Bastantes más partidos contra ellos que contra los franjiverdes. Desgracia por serlo en la maldita segunda B, no en primera o en segunda como lo fueron en la primera mitad del pasado siglo, en la que ambos todavía esperaban la aparición en las máximas categorías del fútbol patrio de un Elche que daba sus primeros pasos.

Hasta la RAE recoge la acepción de derbi referida al balompié: «Encuentro , por lo común futbolístico, entre dos equipos cuyos seguidores mantienen constante rivalidad, casi siempre por motivos regionales o localistas». Lo de casi siempre es lo que por desgracia nos acerca al Alcoyano, con todos los respetos para el club de la montaña, y nos aleja del Elche. Ellos en primera, y nosotros en la tercera categoría del fútbol español lamiéndonos las heridas siete años seguidos. Se echa en falta esos derbis contra el equipo de la ciudad de las palmeras. La próxima temporada, celebrando el centenario, sería el momento elegido por todo herculano de pro. Ambos en la segunda, en la división de plata. Un encuentro que contendría las dos definiciones, que llegará de nuevo a ser típico, característico, con el añadido de esa rivalidad provincial. Un derbi clásico por excelencia.

El que se celebró a mediodía del domingo, como aquellas matinés infantiles de antaño, acabó como el anterior. Tanto en Alcoy como en Alicante se jugó a lo que quiso el Alcoyano, o sea, a nada, a contener y no perder.

El Hércules se está aficionando a este estilo cholista que ojalá le dé buenos resultados en ambas fases de grupos y en las eliminatorias, pero corre el peligro de lo que narra en su artículo Pedro Rojas, que se olvide del balón, que ni lo mire, se convierta en su modus vivendi. A esto se juega con balón, y la «vieja» que diría Don Alfredo necesita que la mimen, que le den cuerda.

Si uno se olvida de ella, estará jugando a otra cosa. Cero a cero en ambos partidos dice todo y nada de estos equipos que siguen disputándose plaza para la segunda fase, segundos o terceros, con el Ibiza en cabeza, lejos, muy lejos, inalcanzable.

En la Cartuja se celebró el partido de la jornada que dicen los de las radios. Los pronósticos que apuntaban al clásico por excelencia del fútbol español, y casi mundial, se frustraron. Las casas de apuestas ganaron, los hinchas del Madrid palmaron.

Se jugó otro clásico, menor pero no por ello de menos emoción. Sin público, sin pitos en las gradas, Barça y Athletic jugaron la final de la Supercopa, ese torneo que todos desprecian cuando no lo ganan y que con júbilo celebran cuando lo conquistan. Las casas de apuestas volvieron a ganar. Perdió el Barça, acostumbrado a ello desde que su estrella se va apagando con el paso del tiempo.

Perdió los estribos Messi que acabó expulsado por agresión cuando la impotencia impera más que el fútbol. Trofeo que se marcha para Bilbao, y celebración sin gabarra por mor del maldito bicho.

Final silente en la que solo hubo fútbol, el que pusieron los rojiblancos con golazo decisivo de Williams. Derbis,clásicos, rivalidad en movimiento, competencia, disputa, esencia de este gran deporte que es el fútbol.

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