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Lorena Gil López

A contracorriente

L. Gil López

¿De verdad tenemos diez días?

Hospital de campaña

Colapso hospitalario, contagios disparados, muertes, muertes y muertes. Es lo que tiene salvar la Navidad, festejar como si no hubiera un mañana, ser irresponsables o pensar que el covid es como la lotería y no me va a tocar. Expertos y gobernantes nos avisaron de cara a las fiestas: que fuéramos prudentes, que limitásemos las reuniones familiares, que tuviéramos cuidado con las quedadas sociales,... ¿y qué hemos hecho? Alegría, fiesta, diversión, viajar a la provincia desde otras comunidades autónomas sin que nos pare un solo policía -sí, yo conozco en mi entorno familiar-, una parte de la ciudadanía hace oídos sordos y se lanza a quedar y quedar y quedar, la tardebuena, la tardevieja, Año Nuevo, preReyes, Reyes, ¡uah!

Y ahora llegan los fríos datos, los fallecidos, los enfermos, y detrás las medidas restrictivas, los ruegos en cascada de ayuntamientos de la provincia a la población para que se autoconfine, las manos a la cabeza de muchos que se saltaron las normas y que ahora se hacen los sorprendidos con un cinismo que raya el insulto.

Y resulta que el Consell nos dice que todavía nos esperan diez días negros, diez días en los que van a seguir muriendo personas, que van a aumentar más los contagios, que los sanitarios van a afrontar jornadas maratonianas con acumulación de tensión, estrés y ansiedad, producto de meses y meses de esfuerzo que antes aplaudíamos y ahora nos resbala. ¿De verdad tenemos diez días? ¿En serio podemos esperar tanto tiempo mientras van cayendo a plomo los muertos?

PD: ¡Pedroooo! ¿Estás ahí? En los entonces peores meses de la pandemia, allá por marzo y abril, todos los fines de semana salía el presidente del Gobierno por la televisión a explicarnos la situación, pero ahora anda desaparecido en combate. ¡Ale, a seguir!

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