Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Luis Boyer

El legado de Pepe Payá

José Payá Bernabé.

Tener la suerte de trabajar en lo que te gusta implica ilusión, esfuerzo, aprendizaje, pero también dedicación personal, emocional y trabajo desde el corazón.

José Payá, Pepe, ha sido el alma de nuestra Casa Museo Azorín de Monóvar durante cuatro décadas. Su sabiduría, su trabajo y su calidad humana iluminaron su paso por Fundación Mediterráneo, al igual que iluminó la figura de José Martínez Ruiz, Azorín, por muchos años prácticamente reducida a lecturas de bachillerato.

Desde su atalaya de la Casa Museo Azorín, cautivó a Mario Vargas Llosa o Camilo José Cela igual que cautivó a miles de alumnos de primaria, secundaria o universitarios. Era capaz de sumergirte hasta las profundidades más desconocidas del universo azoriniano para, cuando estabas perdido en esa inmensidad, ofrecerte un dato, una curiosidad, que te rescataba y te hacía comprender el porqué de todo el camino que te había trazado.

En torno a su figura, Azorín cobró una dimensión y una trascendencia nacional e internacional mucho mayor, una proyección que el mismo Pepe te contaba, orgulloso e ilusionado, cada vez que te veía: las próximas exposiciones, hallazgos documentales en su vastísimo archivo, una carta muy curiosa o, sin ir más lejos, la última traducción de una de las obras de Azorín al chino mandarín. Todo ello, aderezado con las curiosidades cuasi fetichistas propias del archivo personal del escritor monovero.

Elegante en su conversación, generoso, con trato exquisito y un inteligente punto de humor, a veces socarrón y a veces circunspecto, siempre amante y defensor del paisaje de Monóvar y de “su” Azorín, ha llevado el nombre del escritor José Martínez Ruiz, de su Casa Museo y de la Fundación Mediterráneo con orgullo por donde ha pasado.

La conservación de legados conlleva una enorme responsabilidad. Cada día tienes entre tus manos, cartas, fotos, postales, todos ellos documentos únicos e irrepetibles, que describen recuerdos, sentimientos, emociones… la vida de personas que ahora ya no están entre nosotros. Pepe ha sabido siempre tratar con inteligencia, elegancia y mucho cariño nuestros legados, y ha transmitido su amor por la literatura y por cada documento y objeto que caía en sus manos.

Aunque su trayectoria no se comprendería sin Azorín, circunscribir la trascendencia intelectual y la influencia de Pepe Payá únicamente a este su escritor sería quedarse muy corto. Jorge Juan, Óscar Esplá, Germán Bernácer, Carlos Arniches, Gabriel Miró, Julio Guillén Tato, Eusebio Sempere… a todos ellos dedicó 40 años de su vida, convirtiendo a Pepe en una de las personas más cultas y con mayor bagaje histórico-intelectual que cuantas han pasado por la actual Fundación Mediterráneo y, sin duda, por nuestra provincia.

Tras cuatro décadas trabajando sobre legados, él también nos ha entregado un inmenso, casi inabarcable, legado personal y profesional. Se ha ido pronto, demasiado pronto, pero creo que, quienes acompañamos a Pepe en diferentes etapas de su vida, coincidimos en que se sentía realizado cuando se zambullía entre las vidas de los intelectuales que, desde distintas disciplinas, han dado la forma actual a nuestra tierra.

Como Presidente de Fundación Mediterráneo, ha sido una suerte y un orgullo haber compartido con él su devoción por Azorín. Exposiciones en Alicante, Monóvar, Murcia, Barcelona, Madrid y Yecla; múltiples ediciones y traducciones de obras azorinianas… y ya les adelanto que se han quedado por terminar algunos proyectos que arrancaron gracias a él y que, te garantizo, Pepe, van a ver la luz en un breve espacio de tiempo, tu legado póstumo.

Todos y todas los que formamos parte de Fundación Mediterráneo nos unimos al dolor de su familia y de sus personas más próximas.

A Pepe Payá. En recuerdo, agradecimiento y amistad.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats