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Marc Llorente

CRÍTICA TEATRO

Marc Llorente

Flamenco circense

Un momento de "Sin ojana".

"Sin ojana"

Teatre Arniches de Alicante

***

Idea e intérprete: Germán J. López Galván

Dramaturgia y dirección: Pepa Gil

Compañía: Chicharrón Circo Flamenco

El flamenco es arte. Vida. Una forma de ser. Cuenta al público su propia historia basada en una peña flamenca familiar. Ahí tiene su carromato donde lleva fotos de sus referentes, Carmen Amaya, la Niña de los Peines, Vicente Escudero, Lola Flores, Las Grecas, Lole y Manuel, e interactúa con los espectadores como parte vital e íntima del espectáculo. Es Chicharrón con su compañía (no es la única) de flamenco, circo y teatro, con pasional y libres maneras.

Usa pequeñas pelotas para hacer malabares, tradicional juego que el circo contemporáneo emplea frecuentemente. Pero cada uno pone su marca particular. Rebotan en sillas estratégicamente situadas, con gran coordinación, y existen más malabarismos siempre con ellas, con toques flamencos. Aleteo de manos, braceos, algo de cante o suave taconeo mientras que las pelotas hacen lo suyo no sin algunas reiteraciones. Esto es «Sin ojana», que en el acervo flamenco taurino andaluz significa sin mentiras, sin hipocresías. La música es ritmo, y el elogiado compás es la base sobre la que los artistas se mueven en el escenario.

A eso invita Chicharrón (Germán J. López Galván). A vivir con impulso, como se quiera, y a «perder los papeles». Homenajea a las mujeres de su familia, provisto de bata de cola y con leves movimientos. Algunas lagunas se ven aliviadas por el brillante espacio sonoro con música original de Raúl Cantizano, a partir de la idea del intérprete. Sencillez dramatúrgica y dirección de Pepa Gil con ese determinado talante teatral que se exige, además de la coreografía de Alicia Acuña, que admite más posibilidad de flamenco fusionado con las demás disciplinas artísticas en este montaje coproducido por el Festival de Circo de Sevilla, función que ya se pudo ver el pasado mes de octubre en El Campello, en la programación del festival provincial Circarte, creado en 2009. Y afectuosos aplausos al cordial y eficaz Chicharrón en el Teatre Arniches, una sala a la que el personal continúa acudiendo bien, sin «ojana», con restricciones, y una ciudad casi, casi desierta.

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