En estas cuatro décadas de democracia Elche ha sido protagonista de diversos hitos históricos que han marcado su destino y acelerado su desarrollo socioeconómico y la prosperidad y calidad de vida de la población. Destacan la puesta en marcha del Parque Empresarial, la creación de la Universidad Miguel Hernández, la ampliación del aeropuerto Alicante-Elche y la designación por parte de la UNESCO de los Patrimonios de la Humanidad, así como el propio regreso temporal de la Dama de Elche, como decisiones que han conllevado un fuerte impacto positivo en nuestra dinámica urbana.
Hoy estamos ante un nuevo acontecimiento que va a marcar positivamente nuestro desarrollo socioeconómico futuro. La llegada del AVE y la consolidación de Elche como destino de la Alta Velocidad en España es un hecho de indudable transcendencia, más si cabe en un contexto de grave crisis como el actual. Afortunadamente, la pandemia no ha podido frenar este proyecto y el Gobierno de España ha mostrado valentía y compromiso con nuestra ciudad y con el Sur de la provincia. Basta señalar que la línea de AVE recién inaugurada por el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el Ministro de Fomento José Luis Ábalos ha supuesto una inversión de 1.493 millones de euros que pone en servicio 1.264 plazas de Alta Velocidad en 4 trayectos Madrid-Elche, dos por cada sentido.
Con la Estación Elche y esos cuatro trayectos operativos con Madrid, el AVE es un tren de oportunidades para nuestro municipio. Nos muestra un camino de desarrollo en tres ejes:
1.-El impulso a nuestra vertebración territorial en el Arco Mediterráneo y con la capital de España.
2.-La mejora de la competitividad de nuestras empresas en sectores como la industrial o el turismo.
3.-El ejercicio del papel creador de sinergias que Elche puede desempeñar como capitalidad del sur de la provincia.
Como herramienta de vertebración territorial, es indudable que el AVE nos aporta más y mejor conexión con el resto de ciudades españolas al colocarnos en la capital de España en tan sólo 2 horas y 10 minutos. Pero también nos abre el camino al exterior a través del Arco Mediterráneo de comunicaciones. La nueva línea de Alta Velocidad aporta 52 kilómetros, entre Monforte del Cid y Beniel, al trayecto del Corredor Mediterráneo que nos situará en la línea de comunicación con la frontera francesa y nos conectará con otras capitales europeas, con lo que ello supondrá para la exportación de nuestras mercancías.
Pero para completar esta necesaria vertebración territorial, es preciso cerrar el círculo con tres nuevas infraestructuras imprescindibles, como son la conexión ferroviaria con el aeropuerto Alicante-Elche, el enlace de cercanías entre la estación del AVE y el casco urbano ilicitano y la conexión con el Parque Empresarial.
Soy consciente de que el Gobierno de España ha hecho un gran esfuerzo inversor con este proyecto de Alta Velocidad, y es muy destacable su compromiso con esta tierra, pero necesitamos esas nuevas infraestructuras para alcanzar la verdadera dimensión que estos proyectos tienen si queremos impulsar con garantías nuestro desarrollo socioeconómico para salir de la crisis.
Precisamente, para salir del pozo oscuro en el que nos ha sumergido la pandemia, la Alta Velocidad aporta un valor estratégico de primer orden para mejorar la competitividad de nuestras empresas. Los diferentes sectores económicos de Elche esperaban con gran interés esta nueva infraestructura porque son conscientes del papel que puede desempeñar en la mejora de la competitividad. Estoy convencido de que, junto al dinamismo innovador innato de nuestro tejido empresarial, el AVE va a facilitar la modernización empresarial, la revalorización de nuestro territorio como importante enclave industrial y la captación de nuevas inversiones que generen riqueza y empleo.
Al mismo tiempo, el AVE va a ejercer como catalizador del sector turístico, y lo hará en dos campos diferentes, el turismo cultural y de ocio y el turismo de congresos. La Alta Velocidad supone una optimización de los tiempos de desplazamiento, mayor comodidad y facilidad de acceso. Es previsible un aumento importante del turismo, y de la actividad de los sectores que de él dependen, cuando logremos superar la actual situación de pandemia. En este sentido, Elche ya figura desde julio de 2014 como ciudad adherida a la Red Española de Ciudades AVE. Nos beneficiaremos de los paquetes promocionales que esta red proporciona y lograremos, sin duda, una mayor visibilidad en el panorama nacional e internacional para difundir nuestros atractivos turísticos.
El tercero de los ejes que marcan nuestro camino de desarrollo de la mano de la Alta Velocidad hace referencia a nuestro potencial para generar sinergias en nuestro entorno. Por el volumen demográfico de su territorio y área de influencia, por su potencia industrial y por el dinamismo innovador de su tejido socioeconómico, Elche tiene vocación de ejercer capitalidad en todo el sur de la provincia de Alicante.
De la mano de la colaboración, sin arrogancia y con espíritu participativo, Elche puede orientar su desarrollo presente y futuro en beneficio de áreas colindantes como el Medio Vinalopó y la Vega Baja. Los lazos que nos unen con ambas zonas son muy fuertes, de larga tradición y afectan a la economía, la cultura, el comercio, la gastronomía y a las relaciones personales y familiares. El AVE nos aporta una mayor facilidad de conexión en el seno de un territorio ya muy vinculado, y ello puede ser una ventaja competitiva de gran valor para un desarrollo común y compartido.
Por todas estas razones, la llegada del AVE a Elche es un acontecimiento histórico que contribuirá de forma decisiva a recuperar nuestra actividad social y económica y a impulsar el empleo, tras la pandemia. Sin duda, el AVE es una oportunidad para Elche.
