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Antonio Cuevas

No nos relajemos

Gente con mascarilla paseando por el paseo del Postiguet.

No nos relajemos, jugar a la ruleta rusa es cosa de cosacos borrachos. Hay tímidos indicios epidemiológicos de que las consecuencias de... salvar la Navidad, están remitiendo. Es evidente que no nos limitamos a rezar de cara a la pared. Esta Navidad de Jesús sirvió para todo, inclusive para enfermar y colapsar los hospitales y ahora, cuidado, se aproxima la Semana Santa, puede volver a pasar algo parecido y todavía las vacunas no han inmunizado a parte significativa de la población. Si la esperanza existe son las vacunas, se está trabajando en el mundo en casi cien vacunas, es la primera vez que una pandemia moviliza a la ciencia y a los Gobiernos para resolver un problema de salud pública. Y esto se debe porque ha afectado a los países ricos y entonces aparece el interés mundial. Cuando en los ochenta apareció el VIH/Sida en Estados Unidos la Organización Mundial de la Salud (OMS) se enteró que este virus hacía años que se propagaba por África, provocando muchas víctimas. La OMS entonces (1981) liberó las patentes de antirretrovirales en los países llamados pobres… Este mundo es un pañuelo, muy pequeño y a veces, muchas veces, lleno de dolor, rabia y lágrimas. Habrá que vacunar a todos los habitantes del planeta.

No nos relajemos. Nada de cumpleaños ni aniversarios, nada de Carnavales; el próximo año serán posibles, saludables. Nada de terrazas fumando y sin mascarillas, hay que esperar que venga el camarero y no bajarse la mascarilla hasta que se consuma y volver a ponérsela. ¿Es incómodo?, pero es que estamos en pandemia. Todos los días miles de infectados y las camas en los hospitales muchas de ellas están ocupadas y no solo por el coronavirus, esta pandemia está afectando muy especialmente a los enfermos de cáncer; graves efectos colaterales.

No todas las noticias son preocupantes. La gripe casi ha desparecido este año: millones de personas se vacunaron y el uso de la mascarilla nos protege de este otro virus, todos los años morían por esta infección y nos reíamos de los japoneses y de los chinos, que se quitan los zapatos cuando entran en sus viviendas, los árabes también lo hacen.

Se dice que somos... mediterráneos, justificando la imprudencia. Que no se puede vivir sin abrazar y besos, pero en este caso se puede morir. Por otra parte, alemanes o ingleses no son mediterráneos pero epidemiológicamente no están mejor que en España. Además no se puede fumar caminando por la calle y en las terrazas, pero hay personas y no pocas, que lo hacen y se ofenden cuando se les llama la atención.

No solo hay jóvenes indiferentes a la pandemia, las reuniones con familiares y amigos suele ser un foco que el virus aprovecha. La creencia de que porque son familiares y amigos no hay... riesgo, es difícil de entender. Si se conoce a una persona querida más motivo si cabe para cuidarse. Familias enteras se han infectado.

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