Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Olga Seco

Me da asco

Junto al buen entendimiento no existe la exigencia insolente que pone en duda la identidad de muchos afectos. Tarde o temprano, lo que era palabra (se convierte en alusión silenciosa) y así de una forma discreta llega el olvido. Hay momentos en la vida en los que solo triunfa lo auténtico y las tensiones acumuladas estallan. Creo que es bueno entender el asco y ver que junto a todo aquello que a primera vista parece "correcto" está la necesidad de ver nuestra sumisión y por ende nuestro doblegamiento. 

Me da asco la gente que en la naturalidad ve una evidencia de amenaza. Me da asco la gente que va de culta y no pasa de estéril. Me da asco la gente que somete todo a juicio y con gesto impertinente crítica aquello que no comprende. Me da asco ver las variaciones mentales de unos y otros. Sí, los mismos que dependen de lo que tengan cerca, se comportan de una u otra manera. Me da asco la gente que no ven la belleza del error y te lo recuerdan de por vida. Me da asco la gente descompuesta por la envidia; la misma que impone sobre nosotros sus fantasmas y buscan dañar. Me da asco la gente que no estimula el humor y van por la vida con cara de amargados...

He aquí muchas cosas que me dan asco. No necesito la aceptación sonora del aplauso, ni sufro la metamorfosis de los prejuicios, por lo tanto (sonrío) mi columna de hoy es el poderoso asco, que después se convierte en náusea, y al final vomita.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats