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Antonio Sempere

Los 70.000 millones de Amancio

Magia y poesía van unidas en la figura de Luis Piedrahita, artista polifacético e inabarcable

Luis Piedrahita

Luis Piedrahita preguntó a una joven sentada en la segunda fila del patio de butacas del Teatro Principal que compartiera en voz alta un sueño. Por inalcanzable que fuera. La chica optó por un tópico: que le tocara la lotería, o mejor todavía, el Euromillón. El monologuista le pidió que concretase más, que pronunciase una cantidad generosa, con la que ella considerara que ya no tendría que volver a trabajar en el resto de su vida. La espectadora pidió cien millones de euros. 

Piedrahita la invitó entonces a que enumerase qué haría con esos cien millones: una casa, un coche, tal vez comprar una isla, repartir algo entre la familia, ¿la familia en cuarto lugar? Momento para el chiste fácil y la ironía servida en bandeja. 

Y de repente, el momento de reflexión y de la moraleja en un espectáculo con un guion aparentemente improvisado pero calculado al milímetro. Luis Piedrahita sacó a colación el nombre de Amancio Ortega, aclarando que su fortuna alcanzaba los 70.000 millones de euros. Asegurando que, con toda certeza, el empresario la cambiaría por amanecer mañana con la edad, la fortaleza y toda la vida por delante de la chica de la segunda fila. 

Magia y poesía van unidas en la figura de Luis Piedrahita, artista polifacético e inabarcable. Lo volvió a demostrar llenando dos días nuestro Teatro Principal en tiempos de pandemia. Por allí volvió a revolotear el ingenio y el placer que produce jugar con el lenguaje.

Otro gallego ilustre, Ramón Borrajo Domarco, Moncho Borrajo, en sus mejores momentos, nos regaló momentos inolvidables en el mismo teatro. Luis Piedrahita es joven, sí, pero a la vez todo un clásico. Hacerse mayor es lo peor que hay en la vida. Él siempre será un niño. 

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