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Marc Llorente

Crítica de teatro | "Anfitrión"

Marc Llorente

Equívocos circenses

Equívocos circenses

Una obra puede ser entretenida o poco más. Solo el oficio de los comediantes mantiene unas situaciones que difícilmente se sostienen por el inocuo carácter de las escenas. La versión de Juan Carlos Rubio acoge el material que Molière adquirió de la burlona y popular comedia de Plauto, y se ubica en el entorno del Circo Olimpo con una caravana. Ya puestos, mejor sería la pista para recrear los pasajes con las confusiones que se apoyan en ciertos recursos tradicionales.

Hacerse pasar por otro genera enredos y una comicidad poco convincente. El autor romano hacía adaptaciones libres de originales griegos de la nueva comedia, y él ha servido de influjo en sucesivas épocas. «La comedia de las equivocaciones», de Shakespeare, entre otras fuentes, se inspira en Plauto. Aunque se pretenda, no es fácil divertir al público actual con esta clase de ingenios.

La pieza que nos ocupa, «Anfitrión», inspiró no solo a Molière (1668), sino a Kleist (1807) y Girardoux (1929). Y Juan Carlos Rubio reinventa el clásico. Potencia el papel de la mujer (liberada) y es el director de estos pasajes en línea con la «comedia de bobos», que utiliza formas de la farsa visual con trazos burlescos y personajes circenses que buscan estrechar la relación con el auditorio, cosa que no se produjo muy a menudo al ver estas escenas con dioses de la mitología y humanos. Júpiter, su hijo Mercurio y cuatro papeles más.

Respectivamente, Daniel Muriel, Paco Tous, Toni Acosta, María Ordoñez, el alicantino Fele Martínez, como Anfitrión, y Pepón Nieto, el sirviente. Así que el primero suplanta al marido para engañar a su esposa, y el segundo facilita los amores de su padre, lo que choca con el verdadero criado y cuando aparece el esposo. Pasiones, afrentas de amor, celos, duplicidades y los líos correspondientes.

La vieja escuela de la comicidad española impone sus reglas, sobre todo en el temple interpretativo de Pepón Nieto. La idea es buena, y la escenografía ofrece un ambiente que es más de lo que transmiten la obra y la dramaturgia. El ritmo verbal y las notas musicales, con algunas canciones incluidas al igual que en las obras de Plauto, imprimen algo de relieve al «mayor espectáculo del mundo».        

"Anfitrión"

TEATRO PRINCIPAL DE ALICANTE

** ½

De Molière. Versión y dirección: Juan Carlos Rubio

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