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Manuel Marín

Acabar con los símbolos

Marcha para conmemorar la muerte de Franco, organizada por la Falange en Alicante, en una imagen de archivo.

Todos los demócratas, diversas asociaciones memorialistas, así como La Amical de Mauthausen y otros campos, (entidad depositaria del legado de los deportados republicanos antifascistas) han contemplado una vez más con preocupación, los actos protagonizados por grupos de extrema derecha, fascistas y neofranquistas, como el movimiento neonazi Juventud Patriota, España 2000, La Falange, el pasado sábado, día 13 de febrero, con una marcha por las calles de Madrid, para concentrarse posteriormente en el cementerio de la Almudena, en conmemoración a la División Azul.

El acto, culminó con la ofrenda floral coronada por una esvástica nazi en el monolito dedicado a la División Azul, con arengas en favor del fascismo, del nazismo y el franquismo, con la bendición de un sacerdote en representación del nacional-catolicismo, con soflamas en contra de todo aquello que representa la democracia.

Ceremonia de incitación al odio y de ultraje a las víctimas del nacismo y a la represión franquista en un país como España, con democracia plena, defensora y comprometida con los derechos humanos.

Estos actos de exaltación al nacismo, son impensables en un país como Alemania, al estar castigados con penas muy severas.

Este tipo de actuaciones no son ajenos para la ciudad de Alicante. Cada 20 de noviembre, el Cementerio de Alicante es receptor de homenajes al fundador de Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, frente al catafalco de su antigua sepultura, por nostálgicos neofranquistas, a pesar que el fundador no se encuentra en el lugar desde noviembre de 1939.

Eso mismo ocurre en Agua Amarga, en el monumento por los “Caídos de la Vega Baja”.

La conexión entre el cementerio madrileño y el de Alicante, sostenidos además con la inacción de sus responsables municipales, (ambos del mismo partido político PP) abonan el terreno o al menos no ponen remedio, para que estos actos ocurran.

No es de recibo que, en estos momentos que se estén realizado las exhumaciones en el cuadro número doce del cementerio de Alicante, de los asesinados por el franquismo, tengan que contemplar el catafalco de José Antonio Primo de Rivera, fundador de Falange Española, colaborador con la trama golpista, la bandera de Falange Española, ocupando la parte central del cuadro doce del cementerio de Alicante.

En dicho cuadro se encuentran enterrados además de un número importante de fusilados, cerca de quinientos ciudadanos y ciudadanas alicantinas, vilmente masacrados en el Mercado Central de Alicante el 25 de mayo de 1938 por la aviación fascista italiana al servicio de Franco.

Desde el Grupo Municipal Socialista, exigimos al alcalde de Alicante, señor Barcala que, cumpla voluntariamente con la Ley de Memoria Histórica, con la Ley de Memoria Democrática y para la Convivencia, y retire de una vez la lápida con el yugo y las flechas.

Señor Barcala, alcalde de Alicante, por ofensivo, por responsabilidad política, por higiene democrática y por considerarlo fiel cumplidor de la Ley, debe hacer desaparecer el catafalco de inmediato. Si por las presiones de sus socios de gobierno (Cs y VOX) no se atreve, al menos pinte de blanco, de negro o el color que elija, la parte superior del mismo.

Por favor señor Barcala, no vaya a contestarme agazapándose en la pregunta de ¿por qué lo anteriores no lo hicieron?

Es importantísimo erradicar toda simbología y apología del franquismo, nazismo y fascismo de una vez por todas en España sin complejos.

Todos estos actos ultras ocurren entre otras cuestiones, por la ralentización de la aprobación de la nueva Ley de Memoria Democrática, que amplía la anterior, regulando y excluyendo este tipo de soflamas, actos y lesiones a la democracia y salvaguarda de la dignidad de los defensores y represaliados por las dictaduras, la convivencia pacífica, los acuerdos y recomendaciones contraidos por España con los Organismos Internacionales en defensa de los Derechos Humanos y los “Crímenes de Lesa Humanidad”.

Los demócratas debemos apoyar la potenciación de la citada Ley, para que finalmente sea aprobada, por el Congreso de los Diputados, dando un paso más, hacia la salvaguarda de futuros ataques a la democracia española.

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