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Carlos González

8 de marzo, sigue siendo necesario

Una manifestación por el 8m

¿Quién lo diría? Más de dos décadas han pasado desde que estrenamos el tercer milenio… y en el siglo XXI, en marzo de 2021, sigue siendo necesario -más que nunca- reivindicar la igualdad entre mujeres y hombres, porque continúan existiendo relaciones jerárquicas de género que reproducen el poder de lo masculino sobre lo femenino. Y ello, a pesar de que en nuestro país contamos con diversas leyes desde hace años que persiguen la igualdad efectiva, la real, la de la vida cotidiana; persiguen que desaparezca esta situación -la subordinación de las mujeres y lo femenino-, esta mentalidad –machista- todavía predominante.

Como sabemos, en este último lustro, hemos asistido a un auge de las reivindicaciones feministas, que ha tenido un claro ejemplo, en las acciones de los ochos de marzo desde 2017 hasta hoy, es lo que se ha venido a denominar “la cuarta ola feminista”. Por cierto, en el 2017 se realizó el Primer Paro Internacional de Mujeres. Nunca antes habían sido las manifestaciones del 8 de marzo tan multitudinarias ni multisituadas, tan organizadas -gracias a las redes sociales-, tan internacionales, tan mediáticas, con tanta gente joven, con cada vez más hombres… Estas han sido posibles gracias a la sororidad femenina, el empoderamiento de las mujeres o Internet.

Y cada vez que avanzan las mujeres en términos de igualdad surgen -o resurgen- con fuerza movimientos, ideologías y actuaciones contrafeministas. Por un lado, debemos tener presente el auge que tanto a nivel internacional como estatal están teniendo los discursos machistas y antifeministas de partidos políticos de extrema derecha, abanderados por líderes tan nefastos como Bolsonaro, Trump o Abascal.

En 1910, en Dinamarca, en la 2ª Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, se acordó que marzo fuese el mes donde se declarase el Día Internacional de la Mujer Trabajadora -se reclamaba el derecho al voto, a cargos públicos, formación ocupacional y erradicar la discriminación laboral de las mujeres-. En España se celebró este día por primera vez en 1936. Fue en 1975 cuando Naciones Unidas declaró el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer. Cada año, Naciones Unidas dedica este día Internacional de la Mujer a un lema o tema prioritario, siendo el de este 8 de marzo de 2021 “Mujeres líderes: por un futuro igualitario en el mundo de la Covid-19”.

Porque esta pandemia de la Covid-19 que nos afecta desde hace ya un año, ha exacerbado las desigualdades sociales y puesto sobre la mesa la brecha de género que continúan padeciendo sobre todo las mujeres.

Se ha evidenciado descarnadamente y sin tapujos lo mucho que, como sociedad, aún nos queda por cambiar en relación con los cuidados -que siguen cayendo sobre hombros de mujeres-; el desigual reparto de la riqueza –la pobreza tiene rostro femenino-; los recortes del estado del bienestar que triplica las cargas sobre ellas-; el desempleo –que se ceba de modo principal en las mujeres y sus condiciones de trabajo-; o la violencia de género -que el confinamiento y el aislamiento social producido por la pandemia ha hecho que tengan que convivir con sus maltratadores-.

Durante este año de pandemia ha ido creciendo el consumo de pornografía en Internet, de prostitución, han continuado las redes de trata de niñas y mujeres con fines de explotación sexual, han seguido determinados hombres consumiendo cuerpos de mujeres prostituidas -la mayoría pobres y muy jóvenes-.

La pandemia ha evidenciado la precarización de trabajos feminizados de mujeres que atienden en primera línea a las personas: limpieza, sanidad, educación, bienestar social, residencias de mayores, atención a la diversidad funcional, organizadoras comunitarias, en la economía sumergida... Y también esta pandemia ha demostrado los esfuerzos que las mujeres realizan y su capaz de liderazgo y buena gestión -cuando se lo permiten- para alcanzar un mundo más igualitario y salir de esta crisis social, sanitaria y económica con el menor número de retrocesos en términos de igualdad.

Sí, en pleno 8 de marzo de 2021, hay que celebrar y reivindicar. Con partidos como VOX acechando contra la igualdad de género, con el virus Covid-19 y las repercusiones que acarrea y con el distanciamiento físico al que nos vemos obligados, por un lado, hay que celebrar los logros alcanzados por las mujeres, honrando a tantas y tantas feministas, gracias a las cuales se han conseguido avances importantes en las últimas décadas en nuestro país, y, por otro, hay que denunciar las desigualdades de género existentes en la vida cotidiana de muchas mujeres y alentar a la lucha política para obtener los derechos, el reconocimiento, la igualdad que todas las mujeres merecen como ciudadanas de pleno derecho.

Deben poder participar en todos los ámbitos de lo público, tomar decisiones en las diversas esferas de la vida, con igualdad en la remuneración laboral, en las condiciones de trabajo, en las posibilidades de ascenso, en la distribución equitativa de los tiempos y espacios de cuidado, con reconocimiento del trabajo doméstico, el respeto a sus cuerpos y sus vidas, a su voz…

Sí, en pleno 8 de marzo de 2021 hay que celebrar logros y luchas feministas y rechazar las desigualdades e injusticias que las mujeres aún sufren en nuestra sociedad. Y los hombres no podemos mirar para otro lado, tenemos que implicarnos con determinación y convicción en la lucha contra el machismo.

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