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Carmen Martínez-Fortún

Mujeres silenciadas

8M.- La Asamblea Feminista de Valencia se "enreda" para "reivindicar a las mujeres esenciales invisibilizadas"

Hoy y mañana se celebrará el día pero no concentraciones masivas por razones obvias. La incoherencia de que distintos delegados del mismo gobierno prohíban o permitan al tuntún es muy criticable. Mas aunque una desconfía de los días de las cosas por su ridiculez o su abundancia, enemiga de salir a la calle en masa además, le parece óptimo homenajear a las mujeres, a todas ellas, en el día que conmemora la manifestación de miles de trabajadoras gritando “pan y rosas” y también la masacre alevosa en la que 123 mujeres y 23 hombres murieron carbonizados en una fábrica de camisas de Nueva York tras unas puertas cerradas.

Es justo y necesario homenajear a las mujeres que como Clara Campoamor consiguieron el voto femenino frente a otras mujeres muy progresistas como Victoria Kent, que consideraban que las pobres mujercitas no debían votar hasta no ser acérrimas defensoras de la república y haberse desvinculado totalmente de su confesor o de su marido. Y es una labor ni agresiva ni sectaria, pero que, si no hacemos cada cual en conciencia, nadie hará, rescatar a todas esas mujeres olvidadas incluso en sesudos libros de texto, reinas como Juana la Loca, escritoras a las que se brinda una leve mención como Teresa de Jesús al lado de los grandes gigantes místicos que la oscurecen o autoras geniales como las Sinsombrero eternamente olvidadas en los manuales, enterradas bajo el brillo de sus hombres del 27. Y son poquísimas de la legión que falta.

Para superar un presente aún injusto pero repleto de logros, hay que escribir la historia real y no se puede hacer prolongando el silencio que impide celebrar a las pioneras que nos han permitido llegar donde estamos. Solo el conocimiento y el trabajo prolongado, no los gritos y tumultos de un día efímero lograrán el propósito. No el enfrentamiento ni el victimismo trasnochado, ni los comportamientos incoherentes en los que se confunde empoderamiento con el oportunismo de valerse de la condición de mujer para lograr un puesto de relevancia. Ni los gritos en la calle en plena pandemia.

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